Fernando Alonso atraviesa uno de sus momentos más dulces, y no tiene nada que ver cónsul victorias ni podios. El piloto y Melissa Jiménez han confirmado que esperan un hijo en común, una noticia que marca un antes y un después en la vida del asturiano, ya que éste es su primer hijo, uno de sus grandes sueños, pero nunca lograba la estabilidad con ninguna de sus anteriores parejas. Para ella será el cuarto, tras los tres que tuvo con Marc Bartra. Siempre había querido ser padre para transmitirle los valores que le había inculcado su progenitor, con quien tiene una estrecha relación. Él es quien le inculcó su pasión por el motor y lo acompañó desde sus primeros pasos en el karting.

La historia de la pareja empezó de manera discreta, casi sin querer. Melissa, tras su separación del futbolista, decidió volver a centrarse en su carrera periodística y retomó su trabajo como reportera en la Fórmula 1 para DAZN. Fue en ese contexto donde coincidió con Fernando, que en aquel momento estaba soltero. La complicidad fue inmediata, aunque ambos optaron por la prudencia. Durante meses evitaron exposiciones públicas, hasta que unas imágenes captadas en Mónaco, paseando juntos con los hijos de ella, confirmaron lo que ya se intuía.
Desde el pasado otoño, Melissa ha reducido al mínimo su presencia mediática y prácticamente ha desaparecido de las redes sociales. No es casualidad. La periodista ha preferido vivir este embarazo lejos del ruido, mientras Alonso reorganiza su calendario deportivo con la intención de estar presente durante los primeros meses de vida del bebé. Por primera vez, el piloto parece dispuesto a bajar una marcha fuera de los circuitos.
Fernando Alonso se entrena en el karting de su casa
Todo apunta a que una parte importante de esta nueva etapa se desarrollará en Asturias, donde Alonso posee una de sus propiedades más especiales. Se trata de una impresionante finca, valorada en torno a los diez millones de euros, diseñada a su medida y pensada como refugio familiar. Allí no falta de nada: amplios jardines, piscina, spa, sala de cine, zonas deportivas y hasta una pista de karting privada. Incluso un museo con coches antiguos y sus premios, así como una impresionante cascada. Un espacio con la privacidad suficiente para convivir con tranquilidad, también teniendo en cuenta que el nuevo bebé crecerá junto a los otros tres hijos de Melissa.
A lo largo de los años, Fernando ha tenido residencias en lugares tan exclusivos como Mónaco o Suiza. Vivió en Lugano y en Mont-sur-Rolle, cerca del lago Lemán, en enclaves de alto nivel y gran discreción. Sin embargo, todo indica que ahora su prioridad no es la sofisticación internacional, sino el calor de casa. La llegada de este hijo no solo amplía la familia: redefine el centro de gravedad de la vida de Fernando Alonso.
