Kiko Hernández, uno de los rostros más polémicos y mediáticos de la televisión española, vive un auténtico infierno económico que ha dejado perplejos incluso a sus detractores más férreos. De ser uno de los tertulianos mejor pagados de Sálvame, compartiendo plató con la mismísima Belén Esteban, ha pasado a enfrentar la ruina, según múltiples fuentes, como el youtuber Diego Arrabal, y una investigación que ha puesto patas arriba el mundo del corazón.

Todo comenzó cuando, en un intento por reinventarse lejos de los focos, decidió apostar por el negocio hostelero. Su gran esperanza se llamaba El Cielo de Melilla, una terraza ubicada en lo alto del Hotel Centro de la ciudad autónoma. Lo que prometía ser un oasis de éxito, se ha convertido en un desierto de pérdidas.

Kiko Hernández Youtube
Kiko Hernández / YouTube

Kiko Hernández fracasa con su terraza en Melilla

Durante el invierno, el local estuvo cerrado por falta de clientela. A pesar de una reapertura reciente, el fracaso persiste con mesas vacías y un ambiente desolador. Según testimonios recogidos por medios especializados en prensa rosa, el lugar opera bajo mínimos, sin apenas comensales ni movimiento. Incluso se han añadido comidas al menú en un intento desesperado por atraer clientela, sin resultados significativos.

El problema, sin embargo, va más allá de una mala temporada. El coste del alquiler, sumado a los sueldos del escaso personal, hace insostenible mantener abierto el negocio. El silencio de Kiko en redes sociales sobre esta inversión, que promocionó con entusiasmo en 2024, ha levantado todas las alarmas. ¿Está ocultando el descalabro por orgullo o por temor a una repercusión mediática aún mayor?

La sombra de la ruina también alcanza a Fran Antón

Pero el golpe no solo ha sido económico. Su pareja, Fran Antón, también está salpicado por esta crisis. Ambos se habían embarcado en proyectos teatrales y en una productora que, si bien tuvo cierta actividad, hoy parece desvanecida. El silencio es atronador. Lo que antes era promoción constante, hoy es un vacío de información que deja entrever un ocaso profesional difícil de revertir.

Kiko Hernández y Fran Antón / Gtres
Kiko Hernández y Fran Antón / Gtres

La llamada que Diego Arrabal hizo al hotel donde se ubica la famosa terraza confirmó los peores presagios: Es un sitio muy tranquilo”, dijo el recepcionista. Una calma que, lejos de sonar prometedora, sabe a fracaso cuando no hay clientes ni ingresos. Una terraza vacía es una sentencia de muerte para cualquier empresario, incluso si se llama Kiko Hernández.

A este declive se suma una reflexión más amplia: ¿qué fue de las grandes figuras de Telecinco? Belén Esteban también ha cerrado su negocio de gazpachos y patatas, lo que sugiere que la burbuja de la televisión del corazón ha estallado sin previo aviso. El público ya no se arremolina para fotos ni likes; el fervor ha mutado en indiferencia.

Los excolaboradores de Sálvame viven ahora una realidad que no puede disimularse con artificios televisivos: se acabó el cuento, el sueldo fácil y el reinado mediático. Algunos intentan reciclarse, otros regresan a formatos menores, como Kiko Hernández, que ha regresado a ‘Tentáculos’ tras el fracaso de ‘La Familia de la tele’. Sin embargo, la mayoría no logra mantener el tren de vida que su fama efímera les permitió durante años.