La ministra de política territorial Meritxell Batet, la primera invitada en pasar por la sección Fuera de lugar (la serie de entrevistas electorales de El món a Rac1) se ha llevado un regalo en forma de colleja periodística de Jordi Basté dirigida al responsable de Exteriores del gobierno de España, Josep Borrell. Basté le ponía a prueba al pedir su opinión sobre la situación en Catalunya y en concreto, sobre su percepción en torno a la situación de los presos y la imagen internacional que está ofreciendo el estado, poniendo como ejemplo la situación de Carme Forcadell. La escudera de Pedro Sánchez, a pesar de sufrir de lo lindo con las respuestas, excusándose con "me pongo el sombrero de ministra", no salía de la línea oficial del socialismo español. Basté la desconcertaba con una felicitación sincera. "Le he hecho las dos mismas preguntas que le hicieron a su compañero Josep Borrell. Y usted no se ha levantado de la silla". La barcelonesa, consciente de la evidencia y de la ironía, sólo acertaba a decir: "Es que usted las hace con un tono más amable"

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EFE

La ministra había sudado tinta para tratar de salir ilesa cuando hablaban del concepto de humanidad. Y es que el locutor quería saber si tenía alguna relación de amistad con los presos políticos y se había visitado a algunos de ellos. Batet no sabía exactamente que pasos dar: "Conozco a Jordi Sánchez", pero sin relación personal, hecho por el cual "no le he ido a ver". Una respuesta ambigua (como la mayoría de las que ha ofrecido durante la entrevista) y que podría haberla aplicado a cualquiera de los otros encausados del procés. Pero Basté ha aprovechado la elección de la ministra para plantear si no consideraba un acto de humanidad interesarse por los compañeros y adversarios políticos que viven una situación de este tipo. La política quedaba en Fuera de lugar: "La humanidad se demuestra de muchas formas. Yo me he reunido en Tarragona con colectivos de mujeres víctimas de robos de bebés. Y he llorado", añadía. Balones fuera y tirando de dramas ajenos (y compartidos por todo el mundo), para no mojarse el sombrero de ministra.

La entrevista, llena de funambulismo político ha marcado y de lo lindo el perfil (y lealtades) de Meritxell Batet, que pedía a su electorado que "no nos fiemos" de cara a las elecciones. El problema es que, con respuestas de este tipo, los que no se fiarán del PSOE serán muchos catalanes.