Los vecinos de la exclusiva urbanización en Aravaca no daban crédito. La madrugada del martes al miércoles, Carlo Costanzia desató su furia en el domicilio que comparte con Alejandra Rubio, su pareja y madre de su hijo. Testigos afirman que los gritos y discusiones se escucharon con fuerza durante horas, una escena que, lamentablemente, ya no sorprende a quienes viven en los alrededores.

La mecha que encendió la explosión emocional de Carlo fue la sentencia dictada ese mismo martes por el Tribunal de Turín contra sus hermanos, Pietro y Rocco. El primero ha sido condenado a 12 años y medio de prisión por intento de homicidio, mientras que el segundo, que facilitó su huida tras un brutal ataque con machete en el que la víctima perdió una pierna, deberá cumplir 8 años y 10 meses de cárcel. Un golpe judicial que ha dejado a Carlo completamente devastado.

La condena a sus hermanos desata un escándalo doméstico con consecuencias vecinales

La noche fue larga y tensa. Los vecinos aseguran que el hijo de Mar Flores no paró de gritar y lanzar reproches. Según una residente del edificio, se oían portazos, objetos golpeando el suelo y la voz de él elevándose sin descanso. Alejandra, por su parte, habría quedado visiblemente afectada por las palabras y el comportamiento de su pareja, quien no pudo controlar sus emociones ante los problemas judiciales que atraviesa su familia.

El vínculo entre Alejandra Rubio y Carlo Costanzia parecía haberse reforzado tras el nacimiento de su hijo en diciembre y la finalización de la condena de 21 meses que él cumplía por estafa. Sin embargo, la estabilidad en la pareja es solo aparente. Fuentes cercanas aseguran que el carácter de Carlo se ha vuelto impredecible desde que empezó a vivir con Alejandra, y la sentencia de sus hermanos ha sido el detonante de una nueva tormenta.

El peso de los conflictos de los Costanzia recae sobre Alejandra Rubio

No es la primera vez que el hogar de Alejandra y Carlo se convierte en escenario de reyertas. Varios vecinos han comenzado a presentar quejas formales ante la administración del edificio, alegando que las discusiones entre la pareja han convertido su día a día en una pesadilla. Un vecino comenta que desde temprano se escuchan gritos, lo que hace que la atmósfera se asemeje a la de un campo de batalla emocional.

La joven nieta de María Teresa Campos se ha convertido en el pilar emocional de Carlo, pero el peso de la tragedia familiar que arrastra el actor parece ser demasiado para una convivencia saludable. La sentencia en Italia no es firme, y el abogado de los hermanos Costanzia, Wilmer Perga, ya ha anunciado que presentará recurso. Pero la tensión acumulada y el dolor de Carlo parecen haber tocado fondo, afectando de lleno su vida personal. Mientras tanto, Alejandra Rubio se encuentra en una encrucijada emocional. Su fidelidad a Carlo es innegable, pero los últimos episodios han despertado serias dudas entre sus allegados sobre la viabilidad de la relación. La situación no solo deteriora su bienestar, sino que, según algunos, incluso pone en riesgo la estabilidad del pequeño Carlo, el hijo que comparten.