“A lo largo de mi vida me he enfrentado a múltiples desafíos, pero esta aventura es un auténtico reto. Ahora, me vais a conocer de verdad”. Son palabras de uno de los concursantes más destacados de la nueva edición de Supervivientes en Telecinco, Pedro García Aguado. Hace dos días, este desafío, este reto, lo llevó al límite y estalló: "¡Mieeeeerda!! ¡Mieeeeerda! ¡Si me fallan las fuerzas no tengo nada! ¡La puta mierda! ¡Un puto puñado de arroz para todo el puto día! No quiero dar esta imagen de mierda".
"Me voy a volver loco. Qué puta rabia, tío", le dice a Arkano, otro de los concursantes, en el momento más crítico en el programa desde que llegaron a la isla. "No quiero estar aquí enjaulao en esta puta mierda de playa de 100 metros. ¿A quién coño se le ocurre esto? ¿Qué puta mierda es esto? No quiero sentir esto, son sentimientos que ya había apartado de mi vida", dice, mientras en plató, su hermana Marian sufría por verle así.
Su hermana no es la única que sufre al ver como las pasa canutas y que sufre por él. En su familia están muy atentos a cómo le va a este exwaterpolista, coach y presentador de Hermano mayor. Y las dos personas que más quieren que esté bien y vuelva a ser él mismo son sus dos hijas. El excampeón olímpico está siendo uno de los destacados en Supervivientes, después del éxito que tuvo entre el 2009 y en el 2017 con el programa donde charlaba con chicos conflictivos en Cuatro. Y a pesar de las imágenes de hace dos días, va haciendo lo que puede para que la isla no pueda con él, trabajando para mantener el fuego o dándolo todo en las pruebas por equipos. Y, evidentemente, pensando en sus dos hijas, como el pasado 19 de marzo, en el día del padre, cuando lo emocionaron, y | la audiencia: "Estamos muy orgullosas de ti...eres un superviviente de la vida papá...".
Aunque su faceta profesional siempre ha sido muy conocida, no tanto su vida personal, donde se ha mantenido discreto en un segundo plano. En este sentido, el concursante tiene dos hijas, fruto de dos relaciones diferentes. La mayor, Claudia, tiene 26 años. La pequeña, Natalia, 24, una de ellas clavada a su padre.
Seguro que pensar en ellas le da fuerzas para seguir en Supervivientes.