Las últimas horas, la periodista catalana de la Cadena Ser, Àngels Barceló debe haber desayunado algunos cereales que tenían dosis extra de cretinismo, soberbia e indignidad, porque ha disparado con bala hacia dos nombres propios. Hacia el presidente en el exilio Carles Puigdemont, de manera abyecta y desembuchando de mala manera. Hacia una colega de profesión, Sonsoles Ónega, de manera más sibilina y por lo bajini. La presentadora del programa Hoy por Hoy ha criticado las demandas de Puigdemont en las negociaciones de investidura con el PSOE y en su editorial se ha preguntado: "¿Se puede permitir este país renunciar a mejoras sociales a cambio de una medida que beneficiará a alguien que proclamó la independencia, mintió a los que lo creían ciegamente y se fugó en el maletero de un coche?". La medida que explicita Barceló es la amnistía, que están negociando el PSOE y Junts estas últimas semanas con el objetivo de "desjudicializar" el conflicto entre Catalunya y el Estado.

Indignación absoluta en las filas de Junts, por ejemplo, del exconseller y presidente del Consell Nacional, Josep Rull, que le ha recordado a Barceló que el presidente Puigdemont "salió del Estado sin ninguna orden de detención. Que alguien como Àngels Barceló, con pretensiones de hacer un periodismo riguroso, abrace la tesis del maletero indica el nivel de hooliganización a que se ha llegado", ha lanzado Rull. O Betona Comín, hermana del vicepresidente del Consell de la República y exiliado en Bruselas, Toni Comín, preguntándose si "¿se puede permitir la cadena SER tener una periodista tan manipuladora, mentirosa y poco rigurosa como Àngeles Barceló"?.

En su editorial, Barceló se pone intensa y encantada de escucharse. En otro momento, mientras charlaba con un colaborador del programa, Bob Pop, estaba en modo ocurrente y más jijijaja. El escritor y guionista ha alborotado a los oyentes con una intervención explicando qué le apetece hacer cada vez que sube a un vagón de metro y ve a algunos pasajeros con según qué libros en las manos: "Me muero de ganas de increpar a la gente que va leyendo libros malos. Pero, a gritos, ¿eh?". Responde Barceló:  "¿Tú sabes que a lo mejor te lo agradecerían? Porque hay veces que empieces un libro que no te gusta, pero venga, ahí sigues". Y Bob Pop sigue, poniendo nombres y apellidos: "Si yo veo a alguien leyendo un libro de Marian Rojas ('Cómo hacer que te pasen buenas cosas', 'Encuentra tu persona vitamina', etc...), le digo: 'Por favor, suelta eso, lánzalo, en la siguiente estación. O tíralo al andén. O de Rafael Santandreu ('El método de no amargarse la vida', 'Las gafas de la felicidad', etc...), huye. Pérez Reverte...". Barceló lo corta, se abona y pone un nombre encima de la mesa: "...¿Sonsoles Onega?... Jajajaja", dice, con toda la intención del mundo. Y él: "que por cierto, el Planeta, ¿has visto las portadas de los finalistas? Es como 'Inteligencia Artificial', pero que se ha ido de copas". Barceló: "Vale, o sea que también lo arrancas de las manos de quien sea...".

Que Sonsoles Ónega invite a un salón de lectura a Àngels Barceló... Seguro que sería un salón muy tranquilo.