Travis Kelce ha dado mucho que hablar con su último conjunto, y no precisamente por arrasar en el campo. El jugador de la NFL ha salido de la mano de Taylor Swift con un look que ha dejado a internet dividido: ¿atrevimiento o un auténtico despropósito veraniego?
La imagen habla sola: camisa blanca estilo guayabera con bordado de flor roja, pantalones negros pesqueros, calcetines blancos y mocasines brillantes. Un combo que parece haber escapado de una boda tropical en los 90 y que ahora ha desembarcado en las calles de Nueva York. Al lado, Taylor luce impecable con un mini vestido rosa pastel, botones dorados y tacones rojos, lo que hace que el contraste entre ambos sea todavía más evidente.
El contraste imposible
El estilismo de Travis ha generado comentarios de todo tipo. Algunos lo han visto como una oda a la comodidad; otros, como un grito desesperado de rebeldía contra cualquier manual de moda. La combinación de calcetines con mocasines y los pantalones cortos de largo extraño han sido el punto de mayor polémica. Y es que no es fácil defender unos tobillos atrapados entre tela y cuero en pleno verano.

Taylor, por su parte, parecía salida de una portada de revista, con un look romántico y pulido que resaltaba todavía más el desaliño intencionado de su pareja. Juntos, parecían la foto de un “antes y después” de un cambio de imagen, solo que en la vida real y sin edición de Photoshop.
Las redes han reaccionado en segundos: memes, comentarios como “no se puede ser más hortera”comparaciones con personajes de dibujos animados y hasta montajes de catálogo de cruceros. Lo más repetido: el look de Travis como “el outfit menos esperado para una cita con Taylor Swift”.
Y, aunque él seguramente ha salido de casa convencido de su acierto, la foto ha demostrado que a veces la línea entre “estilo relajado” y “horror de armario” es demasiado fina. Lo único claro es que, con esa camisa de flor y esos calcetines protagonistas, Travis Kelce ha conseguido lo que pocos logran: robarle titulares incluso a Taylor Swift… aunque sea a costa de un look imposible.