Hay que estar muy desconectado de la actualidad rosa para no saber que, si alguna cosa le gusta a Tamara Falcó, eso es disfrutar de los grandes placeres de la vida. Solo hay que visitar sus perfiles en las redes sociales para darse cuenta de que no es muy asidua a la actividad laboral y que prefiere pasarse la vida viajando de un lado del mundo al otro sin demasiado descanso. Sí, es cierto que colabora en la tertulia semanal de El hormiguero y que trabaja con marcas que le permiten embolsarse una pasta considerable. Con todo, su 'lifestyle' no destaca más que por estar claramente asentada en una posición de privilegio digna de una reina. De una marquesa, como ella lo es de Griñón por herencia paterna, también.

Tamara Halcón 'El Hormiguero' Antena 3
Tamara Halcón 'El Hormiguero'. / Antena 3

Al fin y al cabo, ser hija de Isabel Preysler es lo que le ha permitido ser reconocida, tener fama y fundamentar su economía en nada más idílico que experimentar unas vacaciones perennes. Así se percibe de cara a la galería, lo cual parece haberse acentuado mucho más desde que el pasado 8 de julio celebrara su boda con Íñigo Onieva en El Rincón. El enlace de la discordia, en realidad, porque el matrimonio no se aguantaba por ningún sitio y todavía no se habían dicho el 'sí, quiero'. Todo porque a Onieva le gustaba —o le gusta, porque nunca se tiene que descartar la reincidencia— practicar el extramaritalismo en exceso. Al gran día lo seguiría una luna de miel larga como pocas. Larguísima, de hecho. Mucho mucho. Pero no suficiente para ella.

Al volver después de más de un mes acomodándose en las estancias más lujosas de lugares como Sudáfrica, Zambia o la Polinesia Francesa, dejaba claro a los periodistas que ahora le tocaba descansar. "Vacaciones", que siempre vienen bien después de un viaje de novios interminable. Y parece que los tortolitos siguen instalados en este modus operandi, porque en el último trimestre del 2023 se han dejado ver en París, Copenhague, Ibiza, la Costa Amalfitana o el condado inglés de Devon, entre muchos otros destinos. Ya ven, que no se aburren. Bien, quizás sí que se aburren una pizca de estar todo el santo día juntos y no hacer otra cosa que ir dando botes entre diferentes puntos del mapamundi. Sea como sea, la cosa no cesa. Para muestra, el escapadita que hicieron en Lituania antes de emprender su ruta hacia Miami para pasar la Navidad con la familia de la ganadora de MasterChef Celebrity.

Quizás, lo que no se esperaba la Falcó, más allá de las críticas para pasarse el día compartiendo las maravillas ociosas de su día a día, es que una instantánea cenando en un restaurante de Vilnius se convertiría en la herramienta perfecta para criticar la 'socialité'. Enfundada en un jersey propio de la época con el texto 'J'adore Christmas', Tamara come una suculenta hamburguesa acompañada de unas patatas fritas. Nada de atracones de comida rápida, todo luce verdaderamente 'gourmet'. Ahora bien, ver que se la come con tenedor|horquilla y cuchillo ha sido la génesis de la mofa. "Comiendo una hamburguesa con cubiertos... ¿En serio?", "La hamburguesa se come con la mano…. No se puede ser tan requetecursi""Hija mía, ¡siempre comiendo! No nos importa lo que comas, es bastante vulgar mostrar la comida cuando vas a un restaurante" son solo algunas de las perlas que se pueden leer en la sección de comentarios.

La hamburguesa de Tamara. / Instagram
La hamburguesa de Tamara. / Instagram

"Vaya vida más vacía tienes, solo comes y posas", le dedican también. No podemos confirmar que tenga una vida vacía. La segunda parte de la crítica, sin embargo, es bastante acertada.