Catalana, feminista y de izquierdas. Sílvia Abril tiene tres de los componentes que provocan úlceras de estómago entre las filas de la ultraderecha. Está acostumbrada a sus críticas. Cuando se mojó por el derecho a decidir, pocos días antes del referéndum del 1-O, la dejaron verde. Pero tanto le da. Por más que la tengan en su punto de mira, la humorista mataronense nunca se muerde la lengua y opina lo que quiere, como quiere y cuando quiere. Cómo ha hecho en la entrevista que ha concedido al diario El Mundo y que ha salido publicada este jueves, con un dardo dirigido a la extrema derecho de Vox. Tan sólo tres palabras pero que han generado un fuerte alboroto entre los seguidores más exaltados de Santiago Abascal, que han situado a Sílvia Abril como trending topic número 1 en las redes sociales.

SILVIA ABRIL EFE

Sílvia Abril | EFE

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La humorista catalana ha sido trending topic número 1 en las redes sociales | Twitter

Desde el 2016, la actriz y Andreu Buenafuente, con quien lleva 13 años de pareja y 3 de matrimonio, viven a caballo entre Cabrera de Mar y Madrid. Sobre la catalanofobia en la capital española, Abril opina que hay más mito que realidad. "Nos han acogido muy bien, nadie me ha acusado de nada, y eso que llegamos en un momento muy convulso en Catalunya. Ningún problema", expone. También habla de las polémicas políticas que persiguen a otros artistas. Ella no es de las que posiciona a menudo públicamente: "Prefiero obviarlo todo, y seguir surfeando. Es mi actitud en la vida. Todo me resbala". Pero de vez en cuando hace alguna excepción, como cuando le preguntan por el partido de Abascal: Le he oído decir que Vox le parecía un chiste, ¿qué tipo de chiste?". La respuesta ha provocado la furia de sus votantes: "Un chiste malo". Que sea la tercera fuerza política en el Congreso de los Diputados no le hace ninguna gracia, sino que más bien querría llorar de pena.

Insultos y ataques de todo tipo. Entre el mar de desprecios de la extrema derecha, también un montón de palabras de apoyo a la actriz. Abril sabe que sus palabras generarán un revuelo y que la ultraderecha pondrá el grito en el cielo. No le importa y no está dispuesta a callar. Lo deja bien claro a la misma entrevista: todo le resbala.