Marc Clotet y Natalia Sánchez volvieron a ser padres en mayo, en plena pandemia de coronavirus y cuando ya se intuía el final del confinamiento más estricto. El pequeño Neo nació en el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y es el segundo hijo de la pareja, que ya tuvo a Lia en enero del 2019. De hecho este parto fue muy diferente del anterior, que había sido de riesgo y con una niña prematura. Todo salió bien y estos primeros meses iban todavía mejor. Pero alguna cosa se torció hace algunas semanas, cuando la madre se dio cuenta de que el niño empezaba a quejarse aunque desconocía la causa. "Hace un mes estuvo unos días llorando de forma desconsolada", ha explicado en su perfil de Instagram ahora que han conseguido revertir la situación.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Después de unos cuantos días de ver que el niño lloraba sin motivo aparente, Sánchez se fijó en que la criatura estaba adelgazando: "Que un recién nacido pierda peso es de las cosas que más nos aterra a los padres porque puede ser grave". Decidieron llevarlo al pediatra y, efectivamente, "había dejado de ganar 550g", escribe. Enseguida se pusieron en contacto con una asesora sobre lactancia, que descartó ninguna enfermedad o infección. Y descubrió que el problema venía de la madre y no del niño. "La mujer, la lactancia y la maternidad están tan idealizadas que, cuando algo se tuerce mínimamente, se desmorona nuestro castillo y nosotras detrás", lamenta la actriz. El diagnóstico y el tratamiento: "Me había bajado la producción. Llegamos a la conclusión de que podía ser multifactorial pero sobretodo creían que podía deberse al estrés, a no comer lo suficiente y a no dormir (...) Me recomendaron que siguiera complementando con leche artificial para recuperar el peso, que me fuera extrayendo para no perder la lactancia y que intentara bajar el ritmo".

Finalmente y después del gran susto de julio, la pareja de artistas ya respira aliviada. "Han sido 10 días durísimos, sacándome leche cada hora día y noche", revela Natalia. "Primero hay que cuidarse a una misma para poder cuidar a los nuestros. Me estoy cuidando y todo vuelve a estar donde antes. No ha sido fácil pero ha merecido la pena". Lección aprendida: para atender el resto correctamente, primero hay que centrarse en uno mismo.