"¡Soledad, qué pena tienes! ¡Qué pena tan lastimosa! Lloras zumo de limón agrio de espera y de boca". Són unos versos del Romance de la pena negra del famoso Romancero Gitano de Federico García Lorca. El director Lluís Pasqual estrena precisamente una obra basada en el inmortal texto del poeta en el teatro La Abadía de Madrid, de la mano de Núria Espert. Lo hace después de su polémica dimisión como director del teatro Lliure de Barcelona después de que una actriz le hubiera acusado de despotismo y de que otras actrices, así como trabajadores del teatro, se sumaran a las críticas por las malas maneras utilizadas por Pasqual en su trabajo.

Lluís Pascual/ACN

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El que ha manifestado tener una pena "lastimosa" como la que expresaba Lorca es el mismo Pasqual al recordar los hechos que según él, lo llevaron fuera de Catalunya. Acusa a la actriz que destapó la caja de los truenos, acusa a las mujeres que la siguieron y acusa a TV3 de participar en la campaña de menosprecio hacia su persona. En la presentación de su nueva obra en Madrid, el director se refiere así a la cuestión de si su despedida tuvo lugar por cuestiones políticas: "Ni lo he dicho nunca ni lo quiero decir. No porque no lo piense, sino porque no lo sé. Sí sé que a esas declaraciones de la actriz se unió un falso colectivo de 800 feministas, que luego resultó que no llegaban ni a 20, que complicó la historia. No sé si el independentismo tiene su papel en este vodevil que me ha ocurrido, pero es curioso que TV3 y “Ara” fueran los primeros que se apuntaron a las denuncias".

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Pasqual considera que la lluvia de críticas que ha recibido es porque "Se apela a sentimientos muy primarios e irracionales desde hace mucho más de un año. Cuando hay una guerra se contamina todo y con una población en tensión durante mucho tiempo, en la que las cosas son blancas o negras, conmigo o contra mí, se ensucian aspectos más allá de lo político". El director, a pesar de no citar de manera explícita ningún color político, sí que aseguró que los dirigentes políticos catalanes son "políticos que no hacen su trabajo cuando se convierten en agitadores que han llevado a la gente a las calles constantmente una y otra vez. Y esto es secuestrar a la gente en la calle". Como diría Lorca, a Pasqual posiblemente le volverán a poner verde, "Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas".