Muchas películas quedan en el olvido a medida que pasan los años. No es el caso de El Bola, que se llevó el Goya en la mejor película del 2000. El protagonista era un jovencísimo Juan José Ballesta -la gravó con 12 años- y ese papel lo lanzó a la fama. Él ganó otro de los cuatro Goya que se llevó la película, el de mejor actor revelación.

Han pasado 13 años desde entonces, y Ballesta ahora es otro. De hecho, ya hace tiempo que cambió. Está casado y tiene un hijo, Antonio, de ni más ni menos que nueve años. En el campo profesional, ahora se dedica a la televisión. Es actor de la serie de TVE Servir y proteger.

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Ballesta ha sido invitado este fin de semana en Viva la Vida (Telecinco) y ha sorprendido por su imagen. Quien no lo haya visto en estos años, verá al actor muy delgado y con la piel evidentemente menos fina que años atrás. Eso sí, la cara de niño la conserva:

Lo que más sorprendió aparte de su aspecto físico es la historia que sacó a la luz de su pasado reciente. Ballesta explicó que después de la ola de popularidad que tuvo como adolescente y preadolescente, cambió de profesión y se dedicó a ser marmolista. "Cuando conseguí la Concha de Plata fue cuando dije, pararé y pensaré en lo que quiero hacer con mi vida y voy a empezar a trabajar en otras cosas", relata.

Así, dice que los clientes quedaban sorprendidos al encontrarlo haciendo trabajos en sus casas. "La gente se me preguntaba si me hacía falta dinero", extrañados al ver a un actor conocido dedicándose a esto.

Ballesta ya ha dejado otra vez el mármol y ha vuelto a la interpretación, pero lo recuerda como un paréntesis feliz dónde pudo recuperar la normalidad de su vida. La popularidad lo cogió muy joven, y no fue fácil para él encajarla.