La noche de los Latin Grammy en Sevilla o la de un sinfín de momentazos inolvidables entre una marabunta de rostros VIP. La versión de Se nos rompió el amor de la Rosalía. La otra cara de la moneda con su ex Rauw Alejandro interpretando el Se fue de Laura Pausini. La actuación de Shakira con la emoción innegable de ver a los pequeños Milan y Sasha. Simple y llanamente, canela en rama. 

Demasiados temas maravillosos que dan para una buena comentada, aunque también hubo espacio para los desastres. Es lo que tienen los eventos así. Tantas horas y tantos famosos. Contenido asegurado. Alejandro Sanz nos lo proporcionó desde el principio. Para muestra: su atuendo. Ahora lleva el pelo platinado, como estilan las juventudes. Él tiene 54. No pasa nada, está claro que cada uno puede hacer con su físico lo que guste y la edad no debería ser nunca un factor determinante.

alejandro sanz gtres
El look de Alejandro Sanz. / GTRES

Puede ser que la combinación del peinado moderno con este traje, un pañuelo y unas gafas de sol quizás no acababa de funcionar. Solo puede ser. ¿La crónica de una tragedia anunciada? Quizás es exagerar, pero el artista sí vivió un particular momento 'tierra trágame' en mitad de la celebración del evento. Y eso que todo podría haber ido bastante bien. Solo hace falta ver al madrileño entonando su Corazón partío. Himno intergeneracional, delicatessen para cualquier oído, en una versión muy flamenca que no podía faltar en una jornada tan especial. La primera vez que una gala de este calibre se celebra en España. 

Dónde está el drama en todo esto, se preguntarán. Como anticipábamos, no todo fueron alegrías para el artista. Antes de comenzar a cantar, Sanz se dirigió al público y comenzó un discurso"Buenas noches, amigos y amigas. Esta noche hay tres cosas que me hacen sentir especialmente orgulloso: ser español, ser músico y miembro de la Academia Latina de la Grabación. Querida familia...". Y hasta ahí podemos leer. Al menos, en su primer intento. Un blancazo total. No de indisposición, sino de quedarse, literalmente, en blanco. Sin palabras, incómodo y con cara de pocos amigos"Volvemos al principio". Aplauso limitado ante su mirada asesina.

Algunos usuarios de la plataforma X intentan comprender la situación y comparten sus hipótesis. "Está mayor", bromea la red. El presunto motivo que más peso gana es, sin embargo, que no le habría gustado nada que el público se pusiese a corear mientras él hablaba. "¿Qué le gritaban las personas en el público?".

Hay varias opciones. La más plausible: "Ale, Ale". La opción alternativa: "Pague, pague". ¿Que pague qué? La deuda que tiene en Estados Unidos, básicamente.

Según informó TardeAR, el cantante tuvo que enfrentarse a una coyuntura grotesca horas antes de que la gran fiesta de la música latina diera comienzo. Dos inspectores de Hacienda se personaron en el Hotel Alfonso XIII de Sevilla, donde él se hospedaba, para entregarle la notificación de embargo de sus bienes. Lo sorprendían porque no había otra forma de encontrarlo. Hace algunas semanas se lo llegó, incluso, a declarar en rebeldía. El malestar no se le pasó. Menudo susto se debió llevar. Casi tan grande como la cifra que debe: 3 millones de euros. Fuerte.

"La visita de Hacienda le ha sentado regular", dicen los internautas. Lo dejó mudo, eso seguro.