¿Y si la moda de los zapatos barefoot fuera más peligrosa de lo que imaginas? ¿Y si los famosos separadores de dedos que arrasan en redes sociales estuvieran provocando más daño que beneficio? El prestigioso podólogo Víctor Alfaro, conocido por ser el especialista oficial del primer equipo del Real Madrid y director general de Podoactiva, se atrevió a lanzar duras advertencias en su charla en el pódcast The ChitchatClub, desmontando con contundencia lo que muchos consideran una “revolución” en el cuidado de los pies.
El especialista en biomecánica del pie, creador de un método innovador para el diseño de plantillas personalizadas, no se guardó nada. En su intervención recordó que los humanos “no estamos preparados para andar con los dedos separados”, desarmando con evidencia científica el discurso que circula por internet sobre estas tendencias que prometen salud inmediata con solo cambiar de calzado.

La peligrosa verdad detrás de la moda del calzado barefoot
El fenómeno del barefoot ha conquistado tanto a corredores como a influencers del bienestar. La narrativa es simple: andar descalzo o con zapatos minimalistas devolvería al pie su “función natural”. Pero, según Víctor Alfaro, vender esta idea como una receta universal es un “auténtico disparate”. El podólogo recuerda que cada pie es un mundo. Un modelo de zapato que funciona para una persona puede convertirse en una pesadilla para otra. Y es que, aunque el ancho y el largo del calzado sean correctos, el alto de la pala —el espacio que permite a los dedos moverse hacia arriba— suele ser ignorado. El resultado: uñas encarnadas, fascitis plantar y un desgaste anómalo de la estructura ósea.
Para Alfaro, la obsesión por la “horma respetuosa” es insuficiente. Y es que, un zapato verdaderamente respetuoso es aquel que permite al pie funcionar en sus tres dimensiones: ancho, largo y alto. La advertencia no deja indiferente a quienes han invertido fortunas en este tipo de calzado.
Separadores de dedos: del salón de belleza al engaño comercial
Pero si el barefoot ya genera debate, la moda de los separadores de dedos ha encendido aún más la polémica. En la conversación con el moderador de The ChitchatClub, Alfaro desveló un dato escandaloso: estos accesorios nacieron originalmente para pintar las uñas en salones de belleza y alguien, con “visión comercial”, los convirtió en un negocio millonario vendiéndolos como solución para la salud del pie.

Los estudios clínicos no respaldan este invento. De hecho, investigaciones de Podoactiva y la Universidad Católica de Valencia coinciden en un mismo veredicto: no sirven. “Estamos diseñados para que los dedos se puedan mover, pero eso no quiere decir que, cuando caminamos, los dedos vayan abiertos, porque no van abiertos”, explicó el experto. Y es que, caminar con separadores impide que los dedos se junten en el momento de propulsión, lo que genera sobrecarga en la zona metatarsal. Las imágenes radiográficas son impactantes: al abrir los dedos con estos dispositivos, los huesos metatarsianos se juntan como una tijera, provocando un efecto cizalla que puede derivar en dolores crónicos. Lejos de liberar el pie, el separador termina aprisionando estructuras clave, afectando directamente la marcha.
El mensaje de Alfaro es claro: no existen soluciones milagrosas para la salud de los pies. Ni un zapato único, ni un accesorio de moda. Lo que realmente aporta beneficios es dar movilidad al pie, ejercitarlo y, sobre todo, contar con un diagnóstico profesional.