La relación entre Irene de Grecia y la reina Sofía las ha vuelto inseparables con el tiempo. Comparten una fuerte conexión y una serie de intereses comunes. Ambas se destacan por su compromiso con obras benéficas y su participación activa en proyectos solidarios. Además, comparten una espiritualidad profunda y práctica de meditación, así como una creencia en terapias naturales. La fascinación por el esoterismo y lo desconocido también las une, siendo un interés compartido entre ambas hermanas.

A las dos les interesa el mundo de lo esotérico, sobre todo cuestiones como la existencia de ovnis, la quiromancia o el ocultismo. Mientras Irene se declara budista, se desconoce la postura de Sofía. “La reina es una mujer muy espiritual, pero sin rigideces, por ejemplo si va a una iglesia católica reza y en un templo budista pone una varita de incienso", aseguran en su entorno. De hecho, las creencias religiosas de la emérita demuestran su manga ancha en cuestiones de espiritualidad.

Sofía e Irene de Grecia
Sofía e Irene de Grecia

Sofía sigue llevando a cabo sesiones de espiritismo, tanto en la Zarzuela como en Marivent. Acompañada por su entrañable hermana, la "tía Pecu", ambas comparten una apasionada afición por este ámbito. Ambas están profundamente intrigadas por los misterios del mundo esotérico

La reina Sofía y su hermana Irene han demostrado que su conexión trasciende los lazos familiares convencionales, al tiempo que exploran conjuntamente los reinos de lo espiritual y lo misterioso.

La tía Pecu es una persona muy querida en Zarzuela 

Irene es una persona muy especial para el rey Felipe. De pequeño la llamaba "tía Pecu" de forma cariñosa. Es un gesto que refleja el afecto mutuo entre ellos. Irene de Grecia ha sido una presencia constante en la Zarzuela desde los años ochenta, tras perder su ciudadanía griega a raíz de la abolición de la monarquía en su país natal, Grecia. Adaptarse a su nueva vida en España fue un desafío significativo.

Irene de Grecia
Irene de Grecia

Irene y Sofía heredaron la pasión de su madre por el esoterismo 

La pasión de Sofía de Grecia por lo desconocido no nació de la nada, sino que es herencia directa de su madre, otra gran amante de lo paranormal. Sabemos que creía firmemente que los muertos hablaban con los vivos y, de hecho, Federica de Hannover, la reina de Grecia, aseguraba hablar con su esposo, Pablo de Grecia, mucho tiempo después de su fallecimiento.

Federica de Grecia reconoció su afición en las memorias de 1971. Los padres de Sofía prometieron que cuando uno de los dos faltase hablarían desde el más allá. Y así hicieron durante todo el tiempo de vida de Federica. Cuando Pablo falleció cada día contactaba con él durante una hora. Según la matriarca, éste le daba consejos para gobernar el país y transmitírselos a su hijo Constantino, que heredó una corona frágil e inestable.

Ahora, Irene de Grecia y Sofía siguen su legado y para sorpresa de muchos en la casa real, el esoterismo es práctica habitual en Zarzuela, algo que no gusta a todo el mundo en palacio.