Poco se ha escrito sobre los hechos ocurridos en la sala de juegos de Juan Carlos de Borbón y su hermano Alfonso, cuando el primero disparó al segundo supuestamente por accidente. No obstante hay alguien que sí ha explicado los hechos con más pelos y señales de los que habíamos escuchado jamás. Un relato que, inevitablemente, pone los pelos de punta.

Lo ha hecho Pilar Eyre en su libro ‘Yo, el rey’. En él la periodista no repasa tanto la vida de Juan Carlos como monarca, sino que incide en otros episodios vividos a lo largo de sus 82 años de vida de los que no se ha hablado tanto. Y uno de los episodios está dedicado a aquel fatal accidente que acabó con la vida del hermano pequeño de Juan Carlos, el segundo en la línea de sucesión. Entonces el emérito tenía 18 años y Alfonso 14.

Pilar Eyre no escatima en detalles para contar cómo Juan Carlos I mató a su hermano

“Suben corriendo al cuarto de juegos: ‘Yo primero que la pistola es mía’, ‘Pero las balas son mías’, ‘Pero la pistola es más importante’. En la pared hay una vieja diana de papel. Juanito se instala de espaldas a la mesa de billar. ‘Yo, yo, yo’ con las piernas abiertas apuntando cierra un ojo”, empieza el relato. “El hermano loco, el que no camina sino salta, el que nunca está quieto, da un gran salto al frente a la cara de Juanito riéndose a carcajadas, pero el dedo de Juanito ya ha apretado el gatillo, sale la bala inexorable. Congelado por el miedo, Juanito ve cómo a su hermano se le vidrian los ojos y cae hacia atrás”, escenifica en una explicación de lo más explícita.

joan carles germà alfonso, GTRES
Juan Carlos y Alfonso / GTRES

“Ha sido un disparo”, dijo Pilar, la hermana mayor de Juan Carlos y Alfonso, que en ese momento ya había fallecido. “El alarido escalofriante, roto, el chillido de la tiza en la pizarra de Juanito bajando la escalera ‘Mami, mami’. Ha sido un tiro limpio, una bala que ha entrado por la nariz y se ha alojado en el cerebro, en el suelo hay un pequeño charco de sangre. No tiene la cara deformada. Loco de dolor, el padre coge el cuerpecillo de su hijo, atrapa por el cogote a Juanito que tiembla pálido, tan aturdido que ni llora y le obliga a arrodillarse delante del cuerpo de su hermano ‘Y ahora jura que no lo has hecho a propósito’”, continúa Eyre, en una descripción de los hechos que pone la piel de gallina.

“Por qué lo hizo. No se sabe pero eso dio pie a oscuras teorías puestas en circulación sobre todo por su tío Jaime que aprovechó esa desgracia familiar para alimentar la sombra de la sospecha sobre la capacidad mental de su sobrino Juan Carlos”, concluye la autora de uno de los libros más reveladores sobre el emérito Juan Carlos I.