La reina Letizia y su suegra Sofía continúan con la cruzada para limpiar su imagen. No se soportan, pero hacen lo imposible por demostrar el contrario. Después del show de la Catedral de Palma ya fueron juntas al hospital a ver al rey emérito y este fin de semana han ido de la manita al teatro, a ver el musical Billy Elliot en el teatro Alcalá de Madrid.
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La reina emérita y su nuera son tan diferentes como el agua y el aceite. Cuando están juntas, según su entorno, tienen que hacer tantos esfuerzos tratando de mantener la sonrisa que se les ponen agujetas en las mejillas. Pero Jaime Peñafiel ha revelado una característica que las une, aunque ellas no quieran. Y las une en contra del rey Juan Carlos, que se remueve siempre que lo recuerda. Al rey emérito hay una cosa que le apasiona más que cazar elefantes en Botsuana. Torear toros en las plazas. No lo parece, sin embargo, a juzgar de esta foto impagable donde aparece él con los otros miembros de la familia real que comparten su afición, su hija Elena y sus nietos Froilán y Victoria Federica.
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Es su profesión frustrada. Incluso Juan Carlos probó suerte como torero. Fue en en la plaza de toros de Los Alarcones en Albacete. Pero no toreó ningún toro, no... Era una vaquilla... ¿Qué nombre tenía el animal?... "Monárquica"... Qué ironía. El rey de España toreando la monarquía. Juan Carlos va siempre que puede a las plazas de toros. Le gusta ver cómo se torea y le gusta que los toreros le brinden las corridas.
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De hecho, Peñafiel explica que el monarca se indignó cuando un torero, José Tomás, no le brindó una. ¿Por qué? Porque era republicano y se justificó diciendo que ya le había brindado el toro a todo el público, y entre ellos estaba el rey. Un rey al que le molesta que su hijo y actual jefe de estado no comparta la misma pasión. Son escasas las veces que se ha visto a Felipe en la fiesta de los toros. Y las malas lenguas dicen que la culpa la tiene la reina Letizia, que le comería la oreja para que esta práctica deje de ser tan representativa del país.
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A Juan Carlos le gustan los toros. Y a Letizia torearse a su suegro...