El libro Letizia. Una reina impaciente del escritor argentino Leonardo Faccio promete sacudir Zarzuela, si es que todavía no lo ha hecho. Su autor explica jugosas situaciones en torno a la figura de la reina, como que todavía mantiene relación con alguno de sus ex, como Alonso Guerrero ("han cenado juntos con Felipe, los tres"), que amenazó a otra ex pareja y su familia si explicaba intimidades suyas o incluso, hablando de "dinero negro" de los monarcas. Y no sólo de Juan Carlos o Urdangarin.
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La obra también revela otras intimidades de Letizia, en cuestión de vicios antiguos que parecen no haber desaparecido del todo. Conocidas eras las fotografías de la reina cuando hacía de azafata de una tabaquera vendiendo cigarrillos por las calles de Guadalajara. Explicaba Peñafiel: "Trabajaba de azafata de una conocida marca de cigarrillos. Los vendía por las calles de la capital de Jalisco, vestida con los colores corporativos".
Doña Letizia vendía tabaco en México http://t.co/aa9SyAvoKT pic.twitter.com/XE33u2juj3
— El Toro TV (@eltorotv) July 18, 2014
El cronista azul, sin embargo, se sorprendía que "Lo mas extraño y sorprendente es que Letizia ha sido, de un tiempo a esta parte, abanderada de una lucha anti tabaco. Lo considera una “enfermedad y una amenaza social y médica”. Nunca se le ha visito fumar y no tolera que se fume en su presencia". Pues ahora, el autor de Letizia. Una reina impaciente, deja caer que quizás la reina es una intolerante con el tabaco de puertas afuera. Pero quien sabe si a la mínima que puede, se enciende un cigarrillo y se da un homenaje. Lo ha hecho en la revista Vanity fair, cuando el medio le pregunta, a raíz del libro: "Ha hecho usted una afirmación que no sé si se va a creer nadie en España. Que la reina sigue fumando". Faccio responde que "nunca fue un hábito permanente, era más una fumadora social", pero que desde aquellos años, aquel vicio podría haber vuelto: "este tema me lo han ido comentando mientras reporteaba en diferentes entornos. Recuerdo un académico que me contó que después de un acto la vio abrir el bolso y le sorprendió ver que tenía un paquete de Marlboro".
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Quien sabe si en alguna habitación de Zarzuela no sólo huele a rancio, sino también a nicotina. Quizás si la pillan dirá aquello de es el paquete de una amiga, que se lo guardo.