El conde de Barcelona navegaba. El rey Juan Carlos navega. De hecho, se pasaba el día a bordo de un barco paseando su jeta por las aguas. Su hijo Felipe navega. Sus hijas Elena y Cristina, también. Y Urdangarin. O Marichalar. Incluso, alguien como Froilán lo hace.

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Felipe navegando (GTRES)

Pero hay dos personas que no se caracterizan por hacer como el resto de los Borbones, Leonor y Sofía.

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La familia real, en Palma (Efe)

Las niñas están a punto de ir a Palma con su madre, aunque ella odie este destino. Quizás a los motivos que tiene se podría añadir que allí los Borbones zarpan a la mínima que pueden, cosa que ella detesta que hagan sus hijas. Por eso, año tras año, se niega. La reina tiene obsesión por que la princesa y la infanta no hagan como su padre y practiquen vela. Ver a las hijas de los reyes en el Club Náutico parece más improbable que ver a Letizia yendo a cenar con su suegra cogidas del bracito. En Palma todo el mundo se pregunta por qué Leonor y Sofía no mantienen la tradición familiar marítima.

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Felipe y sus hijas (GTRES)

La revista Vanitatis explica por qué Letizia se niega una y otra vez a que lo hagan: "pesa más la decisión de la madre que la del padre. La reina Letizia no quiere que sus hijas estén expuestas más allá de lo que ella controla". Según explican, Letizia considera que en los cursos de vela a los que irían sus hijas, habría demasiados "niños a los que no se les puede prohibir que hagan fotos o que sean competitivos entre ellos. Hay juegos, entrega de premios, salidas y meriendas que todos comparten. Mantener ese control sobre lo que se puede decir o publicar es imposible". Vaya... La reina no quiere fomentar la competitividad en sus hijas. Claro está, es mucho mejor inculcarles que no hay que competir por nada y que a ellas les corresponden todos los lujos por mandato divino.