La huida del rey Juan Carlos ha dejado huérfanos a muchos defensores de la patria que tenían en el campechano como al protagonista de sus sueños más húmedos. Una multitud de grouppies vasallescos ha salido de debajo de las piedras para lamentar que el monarca se haya tenido que marchar de Zarzuela con el rabo entre las piernas. Pobrecito Juancar. Uno de los que más ha lamentado el adiós del emérito ha sido su amigo Jaime Peñafiel, que en un artículo en El Mundo ha querido alabar algunas de las virtudes del Borbón, pero lo que le ha salido de rebote es un ataque furibundo a su hijo Felipe, a quien culpa de que Juan Carlos haya tenido que hacer las maletas.

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Juan Carlos y Felipe (Europa Press)

La lista de sopapos dirigidas al jefe del Estado es demoledora y cargada de ira contenida: "¡Qué desvergüenza, tío! ¡Un poco de respeto para tu padre"!, le lanza al monarca actual el veterano periodista, hablándole como si fuera el último mono y visiblemente enojado. Peñafiel llora a Juan Carlos y destroza a Felipe. Y lo hace a partes iguales, escenificando la llegada de Juan Carlos y Sofía en Zarzuela a los años 60. Franco quería tener al entonces príncipe controlado, y cerca: "Si no se instala pronto en Zarzuela, el palacio podría ser ocupado por otro príncipe". Sonaba a amenaza.

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Juan Carlos y Franco (GTRES)

Así, el dictador mandó restaurar el nuevo pisito de la parejita, que se pusieron a reformarla como dos enamorados. Le dijo Sofía a Peñafiel: "La decoradora fui yo. Juan Carlos me ayudaba, nos lo pasábamos muy bien. la Zarzuela estaba vacía, me traje tres contenedores de Grecia". Explica que Juan Carlos se reservó una sala como despacho, "el que su hijo ha utilizado para echarle de la que ha sido su casa, su hogar". El escritor se dirige directamente al actual rey de España para echarle en cara que cuando él no era ni un espermatozoo, sus pobres papis malvivían...: "Felipe, ¿sabes de lo que vivían tus padres en aquella época que, afortunadamente, no conocistéis? Te lo voy a recordar". Y lo que le recuerda es de traca. Dibuja a un Juan Carlos llorica y haciéndose la víctima.

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Juan Carlos

Año 1967. Peñafiel ficha por la revista ¡Hola! y Juan Carlos le llamó para saber si realmente era uno de los fichajes más astronómicos de la historia del periodismo hasta aquel momento: "Jaime, ¿cuánto te van a pagar?", le preguntó. Peñafiel le dijo la cifra. ¿Respuesta?: "Cuando le dije la cifra, me respondió con avergonzada tristeza: '¿Sabes lo que gano yo? ¿Sabes de qué dinero dispongo para todo? 70.000 pesetas. ¡Hasta las Coca-Colas y las llamadas telefónicas que la Princesa hace a Atenas para hablar con su padres me las fiscalizan"...  Pobre Juan Carlos, que tenía que informar de las Coca-Colas que se tomaba... Después ya se lo ha cobrado con creces. Y no con Coca-Colas, sino con champagne, festines, cacerías y como diría Pilar Rahola, "los polvos que le hemos pagado con dinero público".