En el mundo de la realeza, la sucesión al trono es una cuestión delicada y altamente regulada. En el caso de Mónaco, esta regla se aplica rigurosamente, incluso para aquellos que, a pesar de su linaje real, quedan excluidos de la línea de sucesión. Esto es precisamente lo que le ha sucedido a Raphaël Elmaleh, el nieto de la princesa Carolina de Mónaco.

Carolina de Mónaco, quien es la hermana del príncipe Alberto II, tiene cuatro hijos: Andrea, Carlota, Pierre Casiraghi y Alexandra de Hannover. A pesar de esto, la posibilidad de acceder al trono monegasco recae principalmente en los hijos de los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco, Jacques y Gabriella. En contraste, los hijos de la princesa Carolina se encuentran en la línea terciaria de sucesión, lo que significa que las posibilidades de ascender al trono monegasco son extremadamente escasas, por no decir nulas. Además, en el caso de Carlota Casiraghi, uno de sus dos hijos ni siquiera se considera como posible heredero debido a su situación familiar.

Se trata de Raphaël Elmaleh, fruto de la relación de Carlota Casiraghi con el actor de origen marroquí Gad Elmaleh antes de casarse con Dimitri Rassam y dar a luz a su segundo hijo, Balthazar. A sus nueve años, Raphaël ya ha heredado la belleza de su madre y un encanto que lo hace irresistible. Sin embargo, a pesar de ser nieto de la princesa Carolina de Mónaco, Raphaël no ostenta ningún título nobiliario ni está considerado en la línea de sucesión al trono

La rígida Constitución de Mónaco

La Constitución del Principado de Mónaco establece reglas estrictas en lo que respecta a la sucesión al trono, otorgando preferencia a los hombres: "La sucesión al trono abierta por fallecimiento o abdicación recae en la descendencia directa y legítima del príncipe reinante, por orden de primogenitura, con preferencia del varón sobre la mujer, en el mismo grado de parentesco. A falta de descendencia directa y legítima, la sucesión se efectúa en beneficio de los hermanos y hermanas del príncipe reinante y de sus descendientes directos y legítimos, por orden de primogenitura, con preferencia del varón sobre la mujer, en el mismo grado de parentesco".

Raphaël Elmaleh: un niño encantador y excluido

Sin embargo, la razón por la cual Raphaël Elmaleh no tiene derecho a formar parte de la sucesión del Principado de Mónaco radica en el hecho de que Carlota no estaba casada legalmente cuando nació el niño. A pesar de ser un varón y de que la Constitución favorece su género, esta situación lo excluye por completo de la línea de sucesión al trono.

El caso de Raphaël es muy similar al de Camille Gottlieb, la hija menor de la princesa Estefanía de Mónaco, quien nunca llegó a contraer matrimonio con el padre de su hija, el guardaespaldas Jean-Raymond Gottlieb- A pesar de su linaje real, Raphaël Elmaleh se encuentra condenado a una vida sin títulos ni corona. La Constitución de Mónaco, aunque rica en tradición, deja fuera a este joven que, a pesar de todo, seguirá brillando en la historia de los apartados de la realeza.