Letizia sigue siendo el miembro de la Familia Real más interesante por una razón: es el único plebeyo que sigue allí. La única que no es Borbón y ha conseguido sobrevivir a los suegros y a las cuñadas que no la querían como mujer del heredero. Marichalar y Urdangarin duraron poco, lo imprescindible: casar a una infanta y hacerle hijos. Una vez cumplida la misión, fuera. A Letizia el sistema la tenía que aguantar 18 años, hasta que las hijas fueran mayores de edad. A partir de entonces la reina consorte ya era prescindible. Coincidió con el estallido del caso Del Burgo, un amante de la reina dentro del Palacio, y se puso a prueba a la misma Letizia que finalmente decidió no divorciarse. Le compensa más quedarse como reina madre y esposa de apariencia del rey. Pero su peor momento dentro de la Familia Real fue otro: el suicidio de su hermana pequeña, Erika Ortiz, con 31 años cuando Letizia era princesa. Según reveló el primo de la reina, y de la difunta, quien empujó a Erika en su depresión fue Letizia, obsesionada en controlar a toda la familia Ortiz, que no ofrecieran mala imagen. Si el suicidio de una hermana ya es un drama, sentirse culpable de esta muerte es demoledor. Letizia lo ha superado gracias a una frase que le ha reconocido en privado a una periodista famosa, Mara Torres de la Ser, que ha sufrido el mismo drama, el suicidio de una hermana.


Lo ha recordado Mara Torres entrevistada por Juan Carlos Ortega en l programa Transmite la Ser con una pregunta muy pertinente: la hermana de una chica joven que se suicida ¿se siente culpable cuando, pasado el tiempo, vuelve a ser feliz?. Mara Torres: "Es muy interesante esta pregunta porque no me preguntas por la culpa que uno puede sentir por la muerte por suicidio de una persona que quieres, me preguntas si alguien puede volver a sonreír con la cabeza bien alta. Para mí fue muy importante que, a los meses de ocurrir lo de mi hermana, coincidí con la reina Letizia. Coincidí no, vamos, ellos hacen una recepción por el Día del Libro con unos cuantos escritores y a mí me invitaron al Palacio Real. Ella me dijo muchas cosas, pero yo solo he publicado una frase que para mí fue importantísima: 'Volverás a ser feliz, aunque ahora no lo veas, volverás a ser feliz'. En aquel momento me parecía impensable. Yo pensaba que se había muerto mi hermana, que en mi familia ya éramos una menos, y que cómo iba a volver a ser feliz. Pero esa frase es lo que yo necesitaba escuchar".


Letizia por alguna extraña razón, para protegerse, para no mostrarse vulnerable, para no dar pena, para no recordar el precio tan alto que ha tenido que pagar para entrar en la Familia Real, ha preferido siempre callar, pasar de puntillas por aquella muerte y negarse a abanderar la causa que mejor representaría: la salud mental, el teléfono de la esperanza, el apoyo a las personas que quieren quitarse la vida y el apoyo a los familiares de personas que se han suicidado. Pero prefiere asistir a actos del IBEX premiando quién sabe qué. Mara Torres reproduce la frase mágica que la sanó en voz de la reina Letizia y concluye: "Y sí que he vuelto a ser feliz, plenamente feliz. He vuelto a sonreír a carcajada limpia, a divertirme muchísimo y mi familia también. A mí me gusta mucho transmitirlo porque, además, se ha acercado mucha gente que vive algo muy parecido a lo nuestro y no sabes la cara de agradecimiento que tienen. No solo porque haya escrito el libro, sino porque nos permite mirarnos a la cara y ver que somos gente normal. Que somos familias que nos queremos, que queríamos a la persona que se fue, y que la seguimos queriendo. Pero volvemos a ser felices" Si una reina sirve para alguna cosa es para ayudar, para sanar. Letizia tiene este poder, pero no lo luce. Prefiere lucir ropa. Desperdiciada.