Abril del 2017. Letizia y Felipe viajan a Holanda para celebrar el 50º aniversario del rey Guillermo Alejandro de los Países Bajos. Monarquías de toda Europa están ahí presentes, todos de veintiún botones. La reina de España escoge un vestido rojo larguísimo, con una capa también roja y unos zapatos de tacón que, como no podía ser de ninguna otro manera, son rojísimos.
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Letizia llega a la fiesta de la mano de Felipe. Todo va tan bien que la reina no se puede ni imaginar que un fotoperiodista holandés está a punto de arruinarle la fiesta. La reina se dispone a disfrutar de una buena juerga pero antes se detiene y sonríe a la prensa. Está en otro país, lejos de casa, y tiene que mostrar lo simpática que es.
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Los reyes se dejan retratar y... premio. El fotógrafo Robin Utrecht hace la foto que, analizada ahora con detalle, muestra la pifia estética de la reina de España. Además de la ropa, Letizia también decidió pintarse los labios de rojo intenso. Quizás se le fue la mano o quizás tenía mucha hambre. El caso es que Letícia iba rojísima, dientes incluidos. Siempre obsesionada con su imagen, seguro que la reina de España todavía se tira del pelo, sólo de pensarlo. Su sonrisa bien podría ser la de Hannibal Lecter o el conde Drácula.
Christopher Lee hace de conde Drácula
Con orgullo, Felipe pensaba que Viva la Roja. No faltaba demasiado para el a por ellos, oé.