El verano de Froilán ha sido un verdadero desfile de excesos. Entre Ibiza, Marbella y Madrid, el hijo de la infanta Elena ha dejado claro que vive sin límites. Las noches son largas y los gastos enormes. Miles de euros desaparecen en pocas semanas. Champagne, reservas VIP, discotecas exclusivas: todo forma parte de su rutina.

En Madrid, comenzó su temporada de lujo. Noches interminables en clubes privados, discusiones que recuerdan su historial polémico y presencia constante en titulares. Incluso tuvo un altercado con un desconocido en un local de alto standing. La ciudad fue solo el punto de partida de un verano diseñado para llamar la atención.

Froilán
Froilán

Froilán y su verano lleno de excesos

Luego llegó Ibiza. Allí, el derroche alcanzó nuevas cifras. Botellas de más de 2.000 euros, mesas reservadas en los clubes más selectos y alquiler de barcos para recorrer calas privadas. Testigos confirman que Froilán se mostró exigente con quienes lo rodeaban, pagando siempre todo él mismo y evitando que sus amigos gastaran.

En Marbella, la historia se repitió. Discotecas, cenas costosas y amaneceres sin descanso. Froilán mantiene un ritmo frenético, durmiendo poco y aprovechando cada minuto de fiesta. Sus cuentas bancarias le permiten un verano de lujo que pocos pueden imaginar. Se nota que no planea moderar su estilo de vida.

Froilán
Froilán

El festival Aquasella, en Asturias, marcó otro capítulo. Según afirma Vanitatis, el joven se lo pasó en grande desde la primera noche, Froilán bailó entre el escenario y el backstage, acompañado por un amigo cercano del mundo del ocio nocturno. Las jornadas se extendieron hasta bien entrada la mañana, con after parties que terminaron a las cinco de la tarde y un Froilán que en ocasiones no se tenía en pie. Las gafas de sol lo acompañaron desde que salió el sol hasta el último momento.

Nueva llamada del rey Felipe VI a la infanta Elena

La estancia en Asturias incluyó alojamiento en un hotel de Cangas de Onís, lejos del área de acampada habitual. Compartió habitación con una joven que lo acompañó durante el festival. Los días siguientes se mantuvo allí, disfrutando de descanso parcial y la tranquilidad relativa que ofrecía el hotel. El ritmo del festival, sin embargo, no se detuvo para él.

La Casa Real ya conoce estas historias. La llamada de Felipe VI a su hermana, la infanta Elena, fue directa. Frenar el comportamiento de Froilán es ahora una prioridad. Este tipo de excesos no puede repetirse. Elena debe actuar. El joven lleva años generando titulares polémicos, desde peleas en discotecas hasta escándalos en fiestas privadas. Su deseo de volver a la vida de lujo en España es evidente, pero si se sigue saltando los límites de la monarquía, esta opción será cada vez más lejana.