La vida de Irene Urdangarin, la hija menor de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, ha estado marcada por una serie de altibajos y desafíos en los últimos años. Este curso, tenía planes de ingresar a la École hôtelière de Lausanne, una de las escuelas de hostelería más prestigiosas del mundo. Sin embargo, varios motivos la llevaron a renunciar a ello.

"Irene ha decidido tomarse un año sabático, antes de empezar la universidad porque quiere, al igual que su hermano mayor, Juan, trabajar como voluntaria y formar parte de un proyecto de cooperación. Se dedicará a explorar mundo y pensar bien lo que quiere hacer, para definir lo mejor posible su futuro. La carrera de hostelería ha quedado descartada", publicó la revista ¡HOLA!. Sin embargo, lo cierto es que esa decisión en realidad fue forzada.

Irene Urdangarin, dos años de problemas académicos

Por un lado, Irene no cumplía con algunos requisitos mínimos para acceder a la escuela de hostelería de Lausanne. Por un lado, tuvo que improvisar unas prácticas de último minuto para poder ser admitida. Por otro, varias fuentes han confirmado la información que dio EnBlau acerca de que no había superado las pruebas de acceso a la EHL. De ahí que se tomara un año sabático. Como decíamos, no fue una decisión propia de la joven sino una obligación por quedarse sin plaza en el prestigioso centro por no llegar a los mínimos establecidos.

Irene Urdangarin
Irene Urdangarin

Aunque los problemas de Irene empezaron meses antes, mientras cursaba Bachillerato. La presión y las tensiones familiares, a raíz del escándalo del caso Nóos y la separación de sus padres, tuvieron un impacto significativo en su bienestar mental y su rendimiento académico.

Las amistades peligrosas de Irene Urdangarin

Ya durante su último año de Bachillerato en Ginebra, Irene enfrentó dificultades para aprobar sus estudios, afectada por los problemas en la relación de sus padres. Superó la formación por los pelos. Unos problemas que no se limitaron solo al ámbito académico.

Al parecer, la joven se juntaba con amistades poco recomendables. Al margen de retrasos y algunas campanas en el instituto, también entabló una estrecha relación con un joven muy polémico. Se dice que incluso consumía cannabis a menudo. Un amigo especial que no gustaba en absoluto a la infanta Cristina, hasta el punto de prohibir a Irene tener encuentros con él y exigiéndole que pusiera distancia.