Iñaki Urdangarin no tiene tiempo que perder. Ha empezado a dar sus primeros pasos como empresario, sin mucho éxito, con su empresa de coaching empresarial. Es el primer trabajo que se le conoce después de ingresar en prisión. El exmarido de la infanta Cristina, tras firmar el divorcio y asegurarse una pensión millonaria, ha comenzado a mover ficha en Mallorca. Aunque él siempre ha dicho que vive con una pensión de 900 euros, realmente habría llegado a un acuerdo con los Borbón por su silencio y habría ingresado cantidades millonarias que ahora mismo paga el abuelo de sus nietos con transacciones desde Suiza. En la isla balear donde tan buenos veranos ha pasado y tiene grandes amistades, se le ha visto reunido con un conocido empresario local, mirando propiedades y explorando posibles negocios.

Iñaki Urdangarin / Instagram
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El exduque de Palma sabe que la isla es un lugar estratégico. Para él, no solo representa el escenario de tantos veranos familiares junto a la Casa Real, sino también un mercado de oportunidades. Fuentes locales aseguran que está interesado en proyectos inmobiliarios y de hostelería. Es su siguiente paso para ampliar su millonaria fortuna.

Aunque vive como un millonario, no quiere dejar pasar la oportunidad y le han recomendado invertir. Según trascendió, la infanta deberá pagarle una pensión mensual que ronda los 25.000 euros, que ahora mismo la paga Juan Carlos I. Además de una importante cantidad de dos millones de euros que ya se le pagó tras la separación. Con ese colchón, Urdangarin busca reinventarse lejos de los escándalos judiciales y de la sombra de los Borbón.

Iñaki Urdangarin se hace de oro gracias a los Borbones 

Vecinos de Palma lo han reconocido en varias ocasiones paseando por el centro y entrando en la casa de un empresario bien relacionado en la isla. Nadie sabe exactamente en qué consiste el proyecto que traman, pero lo cierto es que Iñaki parece decidido a establecer su futuro en Mallorca.

Su entorno lo describe como un hombre pragmático, que ha aprendido de los golpes. “No quiere volver a depender de nadie, ni de Cristina ni de la Casa Real. Quiere independencia”, asegura una fuente. La inversión en negocios le daría esa libertad y, al mismo tiempo, la posibilidad de mantener el tren de vida que no piensa abandonar.

En Zarzuela, obviamente, las noticias no han caído bien. Algunos temen que cada paso de Urdangarin acabe salpicando de nuevo a la institución. Aunque ya no forma parte de la familia, su apellido sigue ligado a la Corona y cada movimiento despierta rumores.

Por ahora, lo único claro es que Iñaki ha encontrado en Mallorca un nuevo campo de batalla: el dinero del divorcio convertido en inversión. El exduque, lejos de esconderse, empieza a escribir otro capítulo de su vida. Esta vez, como empresario en busca de fortuna.

Iñaki Urdangarin / Instagram
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