No sé qué estamos tardando en ver una serie en Netflix o en HBO sobre Iñaki Urdangarin. Lo tiene todo: tarambana, familia política poderosa (la más poderosa), drama, éxito deportivo, descenso a los infiernos y jeta, mucha jeta. Es fascinante como personaje, ahora todavía más que cuando estaba casado ni más ni menos que con la hermana del rey de España. Desde que partió peras con la infanta Cristina, su vida está rodeada de polémica: que si sale en una portada cogido de la mano de una chica rubia que después hemos sabido que es Ainhoa Armentia, que si el divorcio con su ya ex, que si sus cuatro hijos no querían ver ni en pintura a su nueva madrastra, que si no tiene un duro y está pelado, que si a pesar de estar sin blanca se va de viaje a Camboya o a Londres... Un perla.
La antepenúltima fue saber que se marchó con su pareja a la capital inglesa después de visitar a su hija pequeña Irene en Camboya. Y después va pregonando que no tiene pasta. Pues cómo se las gasta para estar a cero... La penúltima es todavía más jugosa, conduciendo un coche de lujo de 70 mil euros. Pero no queda aquí la cosa, ya que el vehículo es nuevo, matriculado el pasado mes de marzo (tres meses después de firmarse el divorcio), y el propietario del coche no es Iñaki Urdangarin sino, tachín tachán... Cristina de Borbón. Diez Minutos explica una noticia que nos ha dejado con los ojos como platos, y que tiene tufo de intento de comprar su silencio y que no lo haga público todo en unas memorias hablando de los Borbones. Indemnización millonaria y ahora, recibiendo regalos millonarios, un Volvo de 70 mil euros.
¡Ah! Y sin olvidar que su nombre sonó para formar parte de un programa de televisión, decían que El desafío, como Victoria Federica. ¿Se lo imaginan? En Zarzuela tiemblan. Urdangarin insiste en que no tiene dinero y que la situación laboral-profesional se está convirtiendo en un via crucis, una cruz difícil de soportar con un peso que le está comiendo la moral cada día que pasa y peina el gato. Explican en la revista Vanitatis este jueves que los suyos sufren por él: "Los Urdangarin de Borbón han visto sufrir a su Iñaki como a pocas personas, señalado y juzgado por la sociedad, condenado por los tribunales, encarcelado y después desempleado. Una situación que hace que sean con él especialmente cariñosos y comprensivos".
Pero por mucho cariño y comprensión, Urdangarin dice a su entorno que está tocando fondo. Concretamente, la mencionada publicación habla de cómo se está pegando a Armentia para no hundirse más de lo que ya lo está. Concretamente, citan que "por mucho que algunos lo intenten negar, quienes conocen bien al exduque de Palma informan de que está sufriendo horrores por no tener trabajo, algo que le quita el sueño según pasa el tiempo. Porque cada vez lo ve más difícil y, sin objetivos laborales a la vista, su ánimo se derrumba"... Y con Urdangarin así, cada vez está más cerca el día que decida desembuchar sobre los Borbones a cambio de un pastizal.