Hoy hace 20 años del fatídico accidente en que perdió la vida una de las monarcas a más queridas: la princesa Diana de Gales. Sus hijos, Guillermo y Enrique de Inglaterra, han confesado en muchas ocasiones que su muerte les supuso un trauma que nunca podrán superar. Un golpe muy duro del que no han hablado hasta hace poco.
Los hermanos han tenido siempre buenas palabras para su madre, destacando su bondad, inocencia, dedicación y solidaridad con los otros. Y ayer, un día antes del 20º aniversario de su muerte, quisieron hacerle un pequeño homenaje yendo al jardín blanco creado en recuerdo de ella. Un jardín efímero situado en el palacio de Kensington, donde predominan las rosas en tonos blancos. Además, han encargado una estatua de Diana que se instalará allí a finales de este año.
Se les ha visto serios, bajo la lluvia y acompañados de la mujer del príncipe Guillermo, Catalina de Cambridge.
Delante de las vallas de Palacio se han ido acumulando, además, ramos con mensajes y varias fotografías, como pasó aquel verano de 1997.
Los príncipes no tienen previsto ningún acto de homenaje a su madre durante el día de hoy, al decidir pasar el aniversario en la intimidad. Mientras tanto, su padre Carlos de Inglaterra se encuentra en su residencia veraniega en Escocia, y la reina Isabel II en Balmoral.
Una jornada de duelo en Inglaterra en recuerdo de un día que trastocó el mundo.