La visita de Felipe VI a Barcelona no podía ser más "discreta". El monarca llega a la capital catalana para asistir a la cena de la Nit de la Logística en el Museu Nacional d'Art de Catalunya, donde entregará unos premios y se encontrará con representantes del mundo empresarial y jurídico catalán. Y para hacerlo, se ve que el Borbón necesita mucho espacio, intimidad y silencio. Tanto que la Delegación del Gobierno ha requerido al centro museístico que cierre sus puertas durante toda la jornada. Miles de visitantes se quedarán sin poder disfrutar de la colección del museo, pero eso no importa un rábano. Todo sea para evitarle a Felipe más traumas con Catalunya. Mejor que se traumaticen los "súbditos". Las formas del monarca han provocado el rechazo contundente de Antonio Baños, que no escatima en adjetivos: "Puñetero, garrulo y tostón"

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Es la segunda vez que la visita del jefe del estado obliga a cerrar el museo nacional, como pasó el pasado febrero con el Mobile World Congress. En las dos ocasiones, el requerimiento fue sin aviso previo y cuando quedaban pocas horas para la celebración del acontecimiento. También blindó los alrededores del Auditori, en 2018. A Felipe le van los "saraos", en todos los sentidos, y le ha cogido el gustito a ocupar el espacio público y cultural de Barcelona. "Qué ruina de hombre", acaba el republicano Baños, que ha recibido el apoyo, la aprobación y los aplausos de la red.

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Normal que Felipe de Borbón necesite cerrar espacios cuando visita Catalunya, o que incluso prepare la llegada de su "prole" en un territorio "hostil". Una hostilidad que mezcla indiferencia e indignación: Por la utilización abusiva del espacio público y porque lo hace una institución que maltrata a Catalunya. Tenemos muchas razones, no tengan ninguna duda: Todas las que nos dio el 3-O del 2017.