Sólo hay que verles juntos para darnos cuenta de que a pesar de los protocolos reales, a pesar de la rígida tradición monárquica, la reina Letizia no siempre se ajusta a los habituales corsés que se le presuponen a la mujer del jefe del Estado español. A menudo hemos visto a la reina dejando aflorar sus quejas y tratando de hacer lo que cree, aunque su marido y los jefes de protocolo se pongan las manos a la cabeza. Desde el "¡déjame terminar"! del anuncio de boda, hemos asistido a muchas muestras de Letizia de querer ser un verso libre en una institución anclada en el pasado.

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Y antes de ser reina eso todavía se acentuaba mucho más. Hubo un tiempo en qué la entonces princesa llegada de la televisión tenía costumbres que no gustaban a los Borbones y que tuvo que abandonar por el bien de la corona. Y no hablamos de sus inquietudes republicanas. Hablamos, por ejemplo, de una cosa tan sencilla como escribir un diario íntimo. Cosa que, por lo visto, empezó a hacer.

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Explica Jaime Peñafiel en su excelente recopilación de recuerdos, Anécdotas de oro, que "no hay duda de que la vida de Letizia es una novela con los ingredientes más apasionados y apasionantes que puede vivir un ser humano". El escritor reza porque la experiodista recupere lo que acostumbraba a hacer antes de conocer a Felipe y plasme en un libro todo lo que siente y le ha pasado a la familia real. De momento, sin embargo, lo único que queda son cuatro hojas perdidas de cuando Leti empezó su 'Querido diario'.

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"Nada más casarse pretendió escribir un diario. No hay que olvidar que era periodista", escribe Peñafiel. Pero todo se fue al garete: "Felipe la sorprendió escribiendo. Y se lo prohibió. Cuando entonces podía. Craso error". ¿Qué se hizo de aquellas pocas páginas? Misterio. Pero Peñafiel la emplaza a reanudar la actividad, tal y como hace cada noche antes de ir a dormir la reina Isabel II de Inglaterra. "¡Adelante, querida! Un diario, si es sincero y se escribe no para ser leído por los demás, sinó como un desahogo puntual e íntimo, como un onanismo de les hechos de cada día, puede llegar a ser tan valioso como la propia memoria". 

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El libro lo petaría. Best seller asegurado... Y quizás el fin de los Borbones.