Letizia tiene pánico a dos días: los miércoles y los viernes. Las revistas del corazón hace 5 meses que castigan a la reina con su total indiferencia cada miércoles. Ni un solo periodista de las cuatro revistas rosa (Hola que es la Biblia royal, Lecturas, Diez minutos ni Semana) han escogido a Letizia como tema de portada desde el pasado diciembre, cuando Jaime del Burgo reveló la infidelidad al rey. Cada miércoles, Letizia apartada del papel couché por una sobrina insípida como Irene Urdangarin o por la Preysler de turno. Letizia tiene pánico a otro día de la semana, los viernes. Acabada la semana laboral, Zarzuela hace el anuncio oficial de los actos que presidirán la semana que viene los cinco miembros de la realeza que cuentan: Felipe, Letizia, las hijas y la emérita. Ya hace un mes, cuatro largas semanas, que Letizia no tiene ni un solo acto oficial. Ninguno, cero, nada. La primera semana de mayo vuelve a pasar. Zarzuela, Felipe y Camilo Villarino han decidido que de los cuatro actos oficiales, cuatro los presidirá el rey y solo en uno podrá asistir Letizia de acompañante, callada, decorativa y sin ningún protagonismo. Es el final de Letizia, la demostración a ojos de todo el mundo que Felipe la ha dejado fuera de la Zarzuela. No se divorcian, seguirá siendo la madre de la princesa, pero ella, como reina, ya no tiene nada que decir.

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Letizia y Felipe, acto por BCN'92, GTRES
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Felipe mira Felipe de 1992, Casa Real

Zarzuela, en su catalanofobia, celebra un acto de BCN'92 en Madrid. Este viernes Letizia se ha vestido de su típico rojo España para conmemorar los JJOO de Barcelona que su marido abanderó como príncipe en Montjuïc. El protagonista era él y el acto giraba en torno a los deportistas que aquel mágico 92 hicieron récord de medallas en unas Olimpiadas. Felipe ha hablado, Felipe ha acaparado el protagonismo, Felipe ha triunfado, y Letizia nada de nada. En un rincón, muda. Un papel secundario que ya hace semanas que interpreta. Desde el día que pronunció un discurso muy alabado sobre enfermedades minoritarias hace un mes que Letizia no ha vuelto a presidir ni un solo acto en solitario. Será efecto Del Burgo, que sigue hablando y acusando a la corona de ser "una mierda", o será para no eclipsar a Felipe con una oratoria mucho más limitada que la periodista, pero Letizia ya sabe que la semana que viene tampoco no hará nada. Un único acto oficial y muy humillante para ella: en sábado (ella odia trabajar los fines de semana) y para conmemorar otra efeméride de Felipe: los 40 años de su jura de bandera en el Ejército.

Felipe jura de bandera 1985, EFE
Felipe jura de bandera 1985, EFE

El sábado 4 de mayo el matrimonio va a la Academia militar de Zaragoza, donde Leonor hace su primer curso en el Ejército de Tierra, para el 40.º aniversario de la Jura de Bandera de la promoción de Felipe. Los militares celebran tres aniversarios de la jura, el 25, el 40 y el 50. Felipe juró bandera a final del curso 84-85 y ahora le toca reunirse con sus compañeros de quinta en un ambiente exclusivamente masculino. Cuando Felipe iba a la mili no había presencia femenina. Letizia, en la única aparición de toda la semana, asistirá en un rincón, sin ningún papel más que el de madre de la cadete Borbón, que seguirá el acto en primera línea en Zaragoza. Felipe renovará la jura. Lo que no renovaría son los votos matrimoniales, este mayo que hará 20 años de casado con la mujer que lo engañó. Por miedo al escándalo internacional, nunca un rey se ha divorciado, Felipe sigue casado, pero con Letizia reducida, empequeñecida, marginada. Ni disimulan, la Zarzuela ha hablado: Letizia está fuera.