Letizia, reconocida como una de las figuras destacadas entre las monarquías europeas, logró nuevamente captar la atención durante su reciente viaje de Estado a Ámsterdam, la última vez que se la pudo ver públicamente, desde que se ha reducido su agenda institucional. A pesar de que los medios de comunicación se centraron en ella, esta vez su presencia se vio empañada por problemas de salud. Durante la cena de gala organizada en su honor por Guillermo y Máxima de Holanda, Letizia tuvo que permanecer sentada mientras los demás invitados saludaban de pie. La razón: un intenso dolor en su pie izquierdo debido al neuroma de Morton, una afección que afecta el metatarso, especialmente entre el tercer y cuarto dedo.

Esta no es la única dolencia que enfrenta la madre de Leonor y Sofía; también padece de metatarsalgia crónica, que causa sensaciones similares a tener un objeto extraño dentro del zapato o una arruga en el calcetín. A pesar de sufrir un agudo dolor acompañado de entumecimiento en los dedos, no hay signos visibles de la enfermedad desde el exterior.

Letizia sentada Máxima Guillermo Felipe EFE
Letizia sentada Máxima Guillermo Felipe EFE

Para aliviar este dolor, Letizia ha intentado tratamientos con infiltraciones de antiinflamatorios, aunque sin resultados satisfactorios. La cirugía se plantea como una opción urgente, pues los síntomas persisten. Por el momento, ha seguido las recomendaciones médicas y ha dejado de usar zapatos de tacón alto, los cuales se identifican como los culpables de esta dolencia, ya que solía usarlos de manera excesiva.

Estos últimos días han sido especialmente difíciles para la reina, con una agenda intensa que ha afectado considerablemente sus pies. Durante la noche, el dolor se volvió insoportable, obligándola a tomar medidas drásticas para poder cumplir con sus compromisos. Este cambio repentino de planes generó ansiedad en Letizia, conocida por su carácter calculador y controlador, ya que esta situación escapaba a su control.

Letizia es más plebeya que nadie cuando está en casa, aunque no quiere que nadie la vea  

Como mencionamos anteriormente, Letizia ha recurrido al cigarrillo como una forma de lidiar con el estrés, un hábito del cual no ha logrado desprenderse a lo largo de los años. Generalmente, solo fuma en situaciones de máximo estrés o en la privacidad de su hogar, aunque al rey no le agrada el humo ni el olor. Para aliviar su dolencia, opta por usar alpargatas en lugar de zapatos formales y prefiere la comodidad de una bata sobre la elegancia de su vestimenta habitual. Esta imagen más casual y cotidiana podría acercarla más a la ciudadanía.

Siempre le han dicho a Letizia que debería mostrarse mucho más cercana a la ciudadanía, es uno de sus mayores errores. Tiene miedo a hacer el ridículo. Sin embargo, ganaría mucho más adeptos a la monarquía española. En el día a día, la madre de Leonor y Sofía no tiene que ver nada con la reina, es más plebeya que nadie. Se pone cómoda. De hecho, empleados de Zarzuela y algunos invitados la han visto de ‘ir por casa’. Era muy temprano y la monarca se preparaba para un acto institucional cuando Felipe recibió una visita. Estaba con su peluquera y amiga Luz Valero preparando el peinado del día. Aún con bata, sin maquillar y sin vestir. Siempre en zapatillas, lo más cómodo para sus pies. Esto le costó otra discusión con Felipe por no avisarle de la visita. 

Luz Valero
Luz Valero