La crisis entre Felipe VI y la reina Letizia ya no es solo un rumor que circula entre pasillos y medios especializados. Todo apunta a que el distanciamiento entre los reyes de España es más real que nunca. Aunque intentan mantener una imagen de familia unida frente a las cámaras, lo cierto es que, según periodistas como Pilar Eyre o Jaime Peñafiel, hace tiempo que dejan de convivir como pareja.
Felipe y Letizia duermen en habitaciones separadas, apenas coinciden en privado, y su relación se basa más en el compromiso institucional que en el amor. De puertas para afuera, son un matrimonio real. De puertas adentro, muchos dicen que solo son un equipo de trabajo. Todo para proteger la imagen de la monarquía, y especialmente la de su hija, la princesa Leonor.
Los problemas no vienen de ahora. Hace años que Letizia mostró su carácter firme, como cuando en 2012 quiso marcar distancias con la infanta Cristina tras el escándalo del caso Nóos. O cuando en 2014 presionó para que el rey Juan Carlos I abdicara, pensando ya en asegurar el futuro de Leonor como futura reina.

La relación de Felipe VI y Letizia va a la deriva
Luego, en 2020, apoyó abiertamente que Juan Carlos se marchara a Abu Dabi, algo que no gustó a todos en la familia real. Pero el golpe más duro llegó en 2023, cuando el abogado Jaime del Burgo aseguró que había tenido una relación sentimental con Letizia, incluso antes de su boda con Felipe. Desde entonces, la relación entre los reyes se ha vuelto aún más tensa.
A esto se suma una reciente discusión por el futuro de Leonor. Letizia está preocupada por su salud y privacidad y quería que regresara del barco Juan Sebastián Elcano, donde realiza parte de su formación militar. Pero Felipe cree que terminar ese proceso es importante para el prestigio de la futura reina. La discusión ha sido intensa y ha generado nuevas fricciones en la pareja.

Leonor pide a Felipe VI que no solicite el divorcio
Una Leonor que, preocupada por la deriva que está tomando la relación de sus padres, que ni siquiera han estado juntos en esta Semana Santa, ha intervenido para evitar el desenlace fatal. Leonor nunca ha sido ajena a las discrepancias de sus padres. La heredera ha sido testigo de cómo, a lo largo de los años, la estima entre sus padres ha ido disminuyendo para convertirse en algo que no va mucho más allá del protocolo. Y ahora que ha empezado a tomar conciencia de que será la futura reina de España, entiende que un divorcio de sus padres sería todo un escándalo en la monarquía que podría poner en riesgo su futuro y ansiado reinado. En este contexto, le ha pedido a su padre que frene cualquier opción de divorcio para preservar la estabilidad de la corona.
Ya lo había hecho antes de embarcarse en el Juan Sebastián Elcano, después de ver un deterioro progresivo en la relación de sus padres en cada una de sus visitas a Zarzuela tras haber empezado su formación militar. Y lo ha vuelto a hacer en las fechas previas al 18 cumpleaños de la infanta Sofía (29 de abril), un momento muy temido por Leonor.
La princesa sabe que, a partir de entonces, el papel de la reina Letizia quedará en un segundo plano. Ya no podrá tomar decisiones respecto a sus hijas y no le quedarán opciones de reinar en caso de que Felipe VI muera. Podrán ser reinas tanto Leonor como Sofía, lo que daría vía libre al rey para divorciarse sin escándalos si así lo desea. En buena parte, además de su reinado, Leonor estaría protegiendo también el futuro de su madre.