Lo que parecía ser una etapa inolvidable para la princesa Leonor a bordo del Juan Sebastián Elcano ha terminado dejando un sabor agridulce. Su travesía por el mundo, que ha durado casi cinco meses y la ha llevado por más de 17.000 millas náuticas y ocho países, se ha cerrado con una parada simbólica en Nueva York, justo antes de su regreso a España. Sin embargo, no ha sido solo la geografía la que ha marcado este viaje, sino también una experiencia personal que ha generado inquietud en su entorno más próximo.

Durante la estancia a bordo del buque escuela, la heredera al trono español entabló una relación cercana con un joven guardiamarina madrileño, procedente de una familia bien conectada en el ámbito social. Al principio, su cercanía despertó simpatía entre sus compañeros: paseos en cubierta, conversaciones en las escalas y cierta química que no pasó desapercibida. Pero a medida que avanzaba el viaje, el tono de la relación fue cambiando.

Elionor en la jura de bandera / Casa Reial
Leonor en la jura de bandera / Casa Real

Los compañeros de Leonor confirman el comportamiento sospechoso de su ‘amigo especial’

Algunos jóvenes que han compartido convivencia con la princesa durante esta travesía han contado a sus familias que la situación se volvió incómoda. En particular, destacan el comportamiento controlador del guardiamarina hacia Leonor, algo que ha generado preocupación incluso entre los oficiales y responsables del entorno formativo del buque.

El desencadenante final fue, al parecer, el interés de Leonor por reencontrarse en Nueva York con Gabriel, un joven con quien mantuvo una estrecha relación durante su estancia en Gales. Aunque aquella historia no prosperó, la princesa planteó la posibilidad de intentar organizar un encuentro aprovechando su escala en la ciudad.

Leonor en Valparaíso
Leonor en Valparaíso

Lo que empezó en el mar, se queda en el mar

La reacción de su nuevo acompañante no fue la esperada: escenas de celos, reproches en público y una actitud posesiva que incomodó incluso a quienes no estaban al tanto de la situación. Y eso que Leonor ni siquiera había confirmado dicho encuentro.

No le gustaba que ella hablara con otros chicos”, aseguran algunos compañeros a sus familias. "Y se notaba que quería acaparar su atención constantemente", comentan otros. Según relatan, el joven buscaba constantemente figurar cerca de Leonor en los actos, en las fotos y en los paseos, lo que generó cierta tensión incluso en los momentos de descanso.