Juan Carlos está pasando un confinamiento en Zarzuela solo, en silla de ruedas, casi sin que su hijo lo visite, preocupado por ser persona de riesgo y por las muertes de gente próxima, y sin tener a nadie con quién hablar. Y mejor que siga así. Calladito no corre el riesgo de hacer comentarios lamentables, propios de alguien que se ha creído el personaje de ser el más campechano del lugar, e ir haciendo gracietas faltonas de cuñao con la sangre azul.

Joan Carles silla ruedas EFE

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Este Sant Jordi atípico, los ciudadanos tendrán que convivir sin poder pasear y disfrutar entre paradas de libros, mirando, remirando y comprando diferentes ejemplares. Pero la revista Vanity fair ha recordado una situación del pasado, de cuándo el emérito y su mujer eran presencia habitual en la Feria del Libro. Juan Carlos y Sofía inauguraron unas cuantas años atrás, cuando su popularidad estaba bajo máximos.

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Lo que no es tan conocido son algunas situaciones grotescas protagonizadas por los Borbones. Por ejemplo, lo que pasó cuando el padre de Felipe se detuvo ante un puesto de una de las librerías LGTBI más famosas de España, Berkana, en Madrid. Lo explicó su propietaria, Mili Hernández, en El intermedio: "Miró los libros y leyó ‘Ah, sexualidad’. Y le dije: ‘No, no, no, no, homosexualidad’. Entonces él le comentó a Ruiz Gallardón: ‘De mariquitas’. Y yo le dije: ‘No, no, de mariquitas y de bolleras”.  Desprecio penoso del rey y sopapo al canto.

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Eso remite a la penúltima vez que el monarca hizo un comentario sobre la homosexualidad. Lo explicó José María García en Salvados, después de coincidir con Juan Carlos en una clínica. El rey le vio, se fijó en el jersey que llevaba el periodista, y le lanzó un desafortunado y lamentable: "No sabía que te vestías de maricón". Qué macho alfa, qué muchachote está hecho el Borbón... Repugnante. El medio también explica una anécdota de Sofía relacionada con la Feria del Libro y una librería especializada en temas orientales: "Vino con una amiga. Se cerró la librería, saludó y se puso a mirar estanterías. Estuvo tirada por el suelo porque se sentó para ver los libros que estaban en los estantes de abajo”. Quizás la mujer de Juan Carlos estaba por los suelos, no por los libros, sino para esconderse de la vergüenza que le provoca su marido.