La competencia en el mundo de los negocios puede surgir de las fuentes más inesperadas, como lo evidencia el reciente enfrentamiento entre Meghan Markle y su suegro, Carlos III, en el mercado de las mermeladas. La incursión empresarial de la duquesa de Sussex bajo su marca American Riviera Orchard ha desencadenado una nueva rivalidad entre la ex actriz de ‘Suits’ y el monarca británico, pues ambos están ofreciendo el mismo producto en sus respectivas plataformas en línea.

El anuncio de que Meghan Markle incluirá tarros de mermelada de fresa como parte de su línea de productos ha generado un revuelo mediático. La distribución estratégica de cincuenta de estos tarros a diversas personalidades influyentes, como la diseñadora de moda Tracy Robbins y la socialité argentina Delfina Balquier, ha puesto el foco en este nuevo emprendimiento. Cada tarro, numerado a mano del 1 al 50, ha despertado la curiosidad del público, aunque aún se desconoce su precio de venta y la fecha exacta de lanzamiento.

El éxito inicial de la marca de Meghan Markle

La respuesta en las redes sociales no se ha hecho esperar. Tracy Robbins, quien compartió en sus historias de Instagram una imagen de la mermelada, elogió su sabor y calidad, generando un interés aún mayor entre sus seguidores. “Gracias por la deliciosa cesta. Me encanta esta mermelada, así que no estoy segura de compartirla con nadie. ¡Gracias M!”, escribió junto con los hashtags habituales y la etiqueta de la marca de la duquesa, como es habitual en estas situaciones. El detalle del logotipo de la marca, que parece estar escrito a mano por la mismísima Meghan Markle, ha añadido un toque de autenticidad y ha despertado la nostalgia por los días en que la duquesa trabajaba como calígrafa.

La inesperada ventaja para Carlos III

Sin embargo, lo que parecía ser un éxito rotundo para Meghan ha resultado ser una inesperada ventaja para Carlos III. Según el experto en realeza Richard Eden, el "truco publicitario" de la duquesa ha tenido un efecto colateral en las ventas de la mermelada de fresa orgánica del rey, la cual se distribuye en la tienda Highgrove Shop. Esta tienda ofrece regalos inspirados en los intereses personales del rey, su jardín premiado y varios recuerdos reales. Sin embargo, apenas horas después del lanzamiento del producto de Meghan, la mermelada del rey, cuyo tarro de 340 gramos tiene un precio de 6,95 libras (8,15 euros), se agotó. Parece que la estrategia de marketing de la duquesa ha beneficiado indirectamente a su suegro.

Este giro inesperado no ha pasado desapercibido para los observadores de la realeza. Mientras que algunos han elogiado el impulso en las ventas de Carlos III, otros han aprovechado la oportunidad para criticar a Meghan Markle. Según el Daily Mail, las ganancias de la Charles's Highgrove Organic Strawberry se destinan a obras de caridad, mientras que las de Meghan van directamente a su bolsillo, lo que ha avivado el debate sobre las motivaciones detrás de cada negocio.

La experta en la realeza Angela Levin también ha compartido su opinión al respecto, destacando la ironía de que la mermelada de Meghan haya contribuido al éxito de Carlos III. Esta inesperada competencia en el mercado de las mermeladas ha generado un debate sobre el impacto social y económico de las marcas asociadas a la realeza, así como sobre el papel de la caridad en el mundo empresarial.