Lidia Folgar (Caldes de Reis, 1985) es graduada en Nutrición Humana y Dietética y así quiere subrayarlo porque se lamenta de que, al ser tan joven esta carrera, poca gente la conoce y, en general, considera que "no se pone en valor". Lidia quiere concienciar a la sociedad de que hacer dieta no es la solución a la obesidad y nos recomienda educarnos en alimentación y cambiar nuestros hábitos. Eso sí. Considera que mientras no haya cambios gubernamentales y se conciencien de que hay que hacer algo, será difícil cambiar la mentalidad de la población.

¿Por qué somos lo que comemos?
Nuestra alimentación determina en gran medida nuestra salud. Dependiendo de qué patrón alimentario hayamos elegido, tenemos más predisposición a unas enfermedades u otras. Por eso decimos que somos lo que comemos.

De hecho, cada vez sufrimos enfermedades como la diabetes o la obesidad a edades más tempranas.
Cuando antes veíamos que el diagnóstico de la diabetes aparecía de 60 años en adelante, ahora vemos a personas de 30 años diagnosticadas porque ya llevan acumulada la obesidad desde que son niños. Como empiezan desde pequeños, el sobrepeso se manifiesta antes.

El mayor culpable del sobrepeso es el ambiente obesogénico en el que vivimos

¿Por qué engordamos?
El mayor culpable del sobrepeso es el ambiente obesogénico en el que vivimos. Hoy en día, paseas por la calle y ves mucha cantidad de alimentos basura, pones la tele y los anuncios son sobre eso, al lado de los parques siempre hay una tienda de gominolas… Estamos rodeados por todos lados para hacer malas elecciones.

¿No es solo la comida que nos rodea?
Eso, sumado a que no hay ningún tipo de educación alimentaria ni desde la atención primaria, ni desde el colegio, nos hace difícil luchar contra los gigantes.

¿Tienen conciencia los políticos sobre la situación?
La mayor parte de la culpa es a nivel político por no hacer nada para que las empresas alimentarias frenen un poco.

¿Nos toman el pelo?
La mayor parte de la culpa no es una responsabilidad individual, sino por no hacer nada a nivel gubernamental, que es donde más se convence.

Las empresas estudian cómo hacer que el producto sea adictivo y su consumo más compulsivo

¿Nuestra salud no importa?
Estas empresas estudian muy bien la composición de esos productos hasta hacerlos palatales con esa combinación de grasas, azúcares y sal o determinadas texturas para que sea adictivo y su consumo más compulsivo.

¿Qué papel juega la publicidad?
La publicidad también está estudiada al detalle: cómo y dónde la colocan, y todo esto no está limitado. La publicidad en horario infantil lleva mucha cantidad de productos basura.

¿Son más saludables los productos light?
Light no es sinónimo de sano, ni de sin azúcar, ni con menos calorías. Por ley, light quiere decir que le han reducido al menos un 30% de calorías, pero eso no quiere decir ni que sea sano, ni que su contenido sea nutricionalmente interesante. Lo único que tiene es menos calorías que la misma versión del mismo producto.

Hay que sumar nuevas medidas al impuesto de las bebidas azucaradas 

¿Cómo nos podemos concienciar de este peligro y adquirir nuevos hábitos?
Tiene que haber dietistas-nutricionistas en atención primaria. Así, cualquiera que quiera mejorar su salud tiene una persona a la que pueda recurrir y saber cómo hacerlo.

¿Y desde el punto de vista político?
Sumar nuevas medidas al impuesto de las bebidas azucaradas y subir los impuestos a otro tipo de productos que sean de las mismas características, así como controlar la publicidad, obligar a especificar claramente en la etiqueta la cantidad de grasas trans, vigilar que no haya comida basura cerca de centros educativos, sanitarios o parques…

¿Y en el colegio?
Desde niños, habría que instaurar la asignatura de educación para la salud: para el tabaquismo, el alcohol, la alimentación… Eso es más útil que algunas otras asignaturas.

Los sabores con que te quedas de pequeño en el paladar son los que vas a perpetuar cuando eres adulto

No conocemos…
Si los adultos no sabemos cómo comer, ¿cómo van a saberlo los niños? Además, un niño no tiene la capacidad de discernir entre lo que son engaños publicitarios y los que no. Los sabores con que te quedas de pequeño en el paladar son los que vas a perpetuar cuando eres adulto.

¿Nos influye la obesidad a nivel emocional?
Claro. Afecta a la autoestima, al no sentirse capaz de hacer las mismas cosas que el resto de la gente, querer ir a comprar la ropa que te gusta y no poder, intentar abrocharte los zapatos y no poder… Emocionalmente afecta y mucho.

¿Y al revés? Es decir, que las emociones nos lleven a sufrir obesidad.
A veces, hay gente que tiene ansiedad y depresión y acaba desarrollando una obesidad. Y otras, es la propia obesidad la que acaba provocándote depresión.

La obesidad puede darnos problemas de fertilidad y cánceres

A nivel físico, ¿qué riesgos podemos sufrir si padecemos de obesidad?
Que se produzca una diabetes, colesterol, una enfermedad cardiovascular o en las articulaciones, sobre todo en la cadera y las rodillas, problemas incluso de fertilidad, algunos cánceres, y la gente no relaciona la obesidad con los cánceres, piedras en la vesícula… Hay muchas enfermedades asociadas.

¿Somos conscientes de que esas enfermedades son ocasionadas muchas veces por la obesidad?
¡Para nada! Luego, cuando te toca una enfermedad, dices: "Ay, me tocó". Y no.

Las personas que hemos sido delgadas toda la vida, ¿podemos sufrir obesidad?
La mayoría de la gente que no tiende a engordar no tiende a preocuparse por su alimentación. Se acostumbran a comer lo que quieren y como notan que no engordan, no se preocupan. Primero, sin desarrollar sobrepeso, puedes tener problemas de salud; o pueden salir bien las analíticas, pero llega una edad que el cuerpo cambia y empiezan a engordar. Esto es muy habitual que pase de los 40 en adelante.

A veces, cambias de trabajo y pasas de uno físicamente activo a uno en que estás sentado y empiezas a engordar

¿Solo podemos engordar por la alimentación?
A veces, cambias de trabajo y pasas de uno físicamente activo a uno en que estás sentado y empiezas a engordar.

¿Cómo podemos evitar que nos engañen con una dieta?
La gente que quiere hacer dieta va a probar lo que sea y enganchan a cualquiera. Además, hay un vacío legal en la legislación de los productos dietéticos. Los fármacos tienen que demostrar que sirven para lo que se venden, pero los dietéticos no.

Pero llegará un punto en que el cliente verá que el producto no funciona.
Aunque no funcionen, da igual. El cliente lo compra por primera vez para probar y ya está vendido el producto. Luego otro lo comprará por otro motivo, y así.

Con las dietas milagrosas, estamos perdiendo el tiempo y la salud

¿Pasa lo mismo con las dietas?
Con las dietas milagrosas, pasa igual. Si tienes obesidad porque tienes malos hábitos, lo podrás solucionar a corto plazo, pero no a largo y medio plazo. Estamos perdiendo el tiempo y la salud.

¿Cómo podemos detectar este tipo de dietas?
Cuando hay que seguir un menú rígido con mezclas específicas, cuando hay listado de alimentos permitidos y alimentos prohibidos, cuando ponen palabras tipo 'prodigiosa' o 'mágica', no sirve lo que venden en el supermercado porque tienes que comprar solo lo que te vende esa persona, si se garantiza que todo el mundo va a perder X peso sin tener en cuenta si son hombres o mujeres y perderlo rápidamente…

¿En qué se tendría que basar?
En la reeducación alimentaria del paciente.

Hay gente que cree que acude a un profesional y no es así

¿Hay mucho intrusismo?
Como es una carrera bastante reciente, y todavía no hay colegios profesionales, hay intrusismo, pero la gente no sabe qué es un nutricionista, se creen que es un médico o alguien que hace cursillos. Hay gente que no mira dónde acude y otra que sí y se cree que está yendo a un profesional y no es así.

A nosotros, esto nos afecta como pacientes, pero, y a vosotros, ¿os afecta como profesionales?
No se pone en valor y la imagen del nutricionista está distorsionada por culpa de estos intrusos. Mucha gente se cree que somos gente que vende productos en herboristerías o que se dedican a la operación bikini y no tienen una idea real de lo que es nuestro trabajo. Además, tenemos que lidiar con todo tipo de mitos y empezar de cero.

¿Cómo podemos saber nosotros como pacientes que vamos a un profesional y no nos engañan?
Si no tiene el diploma colgado, mala señal. Tiene que ser o diplomado o graduado en Nutrición Humana y Dietista. Antes de ir a una consulta, hay que informarse bien.