La infanta Cristina no entrará en prisión por el caso Nóos -a pesar de tener que abonar una multa de 265.000 euros-, pero sí su marido, Iñaki Urdangarin, y esto provoca que la hermana de Felipe VI se tenga que replantear su vida.

En este sentido, la Operación Lisboa, consistente en la instalación de la infanta y sus cuatro hijos en la capital portuguesa, parece la más factible. Ahora bien, esta decisión no se hará efectiva hasta que Urdangarin no se acoja -si lo hace- al derecho que le corresponde a escoger prisión.

EFE

¿Qué recinto eligirá el marido de la infanta? Probablemente sea la prisión de Olivenza, población extremeña junto a la frontera, que de hecho formó parte de Portugal hasta el año 1801. Olivenza es un lugar que Urdangarin vería bien por las pequeñas dimensiones del centro, y sobre todo, por su baja peligrosidad.

Con la Operación Lisboa, la hija de Juan Carlos I y sus hijos vivirían relativamente cerca de Urdangarin (a unos 230 kilómetros), donde podrían desplazarse con asiduidad. La infanta Cristina no contempla la posibilidad de establecerse en España, ya lo confesó en una ocasión: "Qué ganas tengo de que acabe todo eso para no volver a pisar este país".

Google Maps

Por si al fin y al cabo todo se cumple, y Urdangarin acaba en Olivenza, la infanta ya ha acudido hace poco a la capital portuguesa para tantear el terreno. Todavía más, ya tiene un despacho de trabajo previsto, el palacio Henrique Mendoça, y es que la Fundación Agá Jan donde trabaja lo adquirió el pasado 11 de mayo por si llegaba la infanta. El palacio costó 12 millones de euros.

Palacio Henrique Mendoça. Google Maps

Después de Madrid, Barcelona, Washington y Ginebra, la infanta Cristina vuelve a la península Ibérica para probar suerte en Lisboa, ciudad por cierto, muy cercana a Estoril, sitio donde se exilió su abuelo Juan, conde de Barcelona, y su hijo y posterior rey Juan Carlos I, cuando era pequeño.