El principal sospechoso del asesinato de David Bernat en Tailandia, Artur Segarra, ha sido condenado a muerte este viernes en Bangkok. El catalán está acusado de trece delitos entre los cuales se encuentran el secuestro, robo, extorsión y asesinato premeditado, un delito castigado en Tailandia con la pena capital. Si confiesa o colabora, podría reducir la pena a cadena perpetua.

Si es declarado culpable, todavía tendrá dos oportunidades de recurrir la condena, ante el Tribunal de Apelaciones y el Tribunal Supremo, y cuando la sentencia sea firme, podrá solicitar clemencia a la Casa Real para rebajar el castigo, aunque esta última posibilidad depende del Departamento de Correccionales.

El acusado fue detenido el 7 de febrero del 2016 por las autoridades camboyanas en la localidad de Sihanoukville, donde había huido dos días antes, y entregado a la policía tailandesa la siguiente jornada.

Pausa en la aplicación de la pena capital

En el 2009, Tailandia ejecutó por última vez dos convictos que fueron condenados a muerte por narcotráfico, antes de aplicar una pausa indefinida no regulada al cumplimiento de la pena capital.

El último ajusticiamiento por un delito de asesinato fecha del 2003, año en que el país cambió el método de las ejecuciones del fusilamiento a la inyección letal.

Según datos de Amnistía Internacional, en las prisiones de Tailandia había a final de pasado año 427 presos en el corredor de la muerte, 24 de ellos extranjeros.

Un australiano fue sentenciado a muerte el pasado 7 de febrero por un caso de asesinato, desmembración y destrucción de pruebas similar a la causa contra Segarra.