Cuando acaba de estallar el caso de las operaciones urbanísticas de Catalunya Caixa, que ha atrapado el ex vicepresidente socialista español y ex alcalde de Barcelona Narcís Serra, la Fiscalía ha pedido al juez de instrucción 30 de Barcelona que se abra el juicio por los sobresueldos de los directivos de la entidad financiera, investigados de ya hace años.

El Ministerio Público pide 4 años de prisión para Narcís Serra, que era presidente de Catalunya Caixa, y para el exdirector general de la entidad Adolf Todó, por delitos de administración desleal, y se muestra especialmente severo al describir la actuación de los directivos que se subieron los sueldos y se asignaron unas retribuciones "escandalosas y millonarias", según consta en el escrito de acusación al que ha tenido acceso El Nacional.

El fiscal Fernando Maldonado atribuye a Serra y todos los directivos de Catalunya Caixa parte de la quiebra de la entidad financiera: "Contribuyeron a la crisis financiera que sufrió la entidad y que entre otras medidas, llevó a la aplicación de un ERE en el que se destruyeron 1.630 lugares de trabajo, con el cierre de 395 oficinas".

Los sueldos se impusieron "en el marco de la irresponsable política de retribuciones asumida por los organismos de la entidad", según el escrito del fiscal. Estos organismos eran la comisión de Nombramientos y Retribuciones y el Consejo de Administración, presidido por el socialista Narcís Serra.

Los sobresueldos

Narcís Serra tenía un cargo representativo y presidía las Comisiones y el Consejo de Administración, por lo que cobraba el sueldo en concepto de asistencia. Entre 2004 y 2007 cobró 575.579 euros para asistir a las reuniones. A partir de 2007, además, se le asignó un sueldo. Los primeros dos años (2007 y 2008) cobró 175.000 euros; en 2009, 177.800 euros; y en 2010, 154.059 euros.

El fiscal dice en el escrito de acusación que habido "retribuciones e indemnizaciones desproporcionadas y ajenas a la situación de insolvencia", y más "en un entorno de grave crisis económica imperante en nuestro país". "A pesar de la difícil situación económica global y en particular del sistema financiero y especialmente de esta caja, los sueldos de los altos directivos Alfons Todó y Jaume Massana no dejaron de subir durante los años 2009, 2010 y 2011", dice el Ministerio Público.

Alfons Todó recibía al año 4.078.770 euros más 1.992.000 euros de aportaciones al plan de pensiones, y 13.004 en concepto de dietas por asistir al Consejo de Administración. Jaume Masana, ex director general adjunto, cobraba al año 2.895.933 euros más 633.000 euros de aportaciones al plan de pensiones y 9.753 euros de dietas.

Entre los sobresueldos que se asignaron los directivos de Catalunya Caixa hay los 7.478.301 euros de Lluís Gasul, los 1.376.758 euros de Ricard Climent o los 1.308.552 de Glòria Ausio.

El Ministerio Público es implacable con los acusados y los hace, en parte, responsables, de la crisis, los despidos y los cierres de Catalunya Caixa. Dice que los directivos, "conocedores de la situación de la crisis de la entidad, con evidente abuso del cargo que ostentaban, utilizaron los fondos de una entidad con connotaciones y trascendencia públicas en beneficio propio y con un claro perjuicio para la entidad, lo que contribuyó a aumentar su grave crisis financiera".

41 acusados

Hay 17 acusados de ser los autores materiales del fraude por un delito de administración desleal, que son los que cobraron los sobresueldos. Se enfrentan a 4 años de prisión y tienen que retornar al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) con 2,5 millones de euros.

La CUP, que forma parte de la acusación popular, pide además 3 años de prisión para Serra y 2,5 años por Todó, por un delito de apropiación indebida. Sube la pena, por lo tanto, a los 7 años. Y hay 24 acusados más de aprobar los acuerdos en las diferentes reuniones de las Comisiones y el Consejo de Administración.