Los Mossos d'Esquadra han detenido a seis camellos que vendían cocaína y hachís en las puertas de las discotecas, comercios y prostíbulos.

Estaban perfectamente organizados. Los dos jefes de la banda se repartían el trabajo por franjas horaries. Uno trabajaba de día y el otro de noche. La organización disponía de una estructura jerárquica con roles perfectamente definidos para cada uno de sus miembros: el que trabajaba de noche vendía a las puertas de los locales. Y el que trabajaba de día lo hacía con un camarero de uno de los bares como cómplice.

Los seis narcotraficantes vivían de eso, de vender droga. Los mossos han constatado que ninguna de las seis personas que estaba siendo investigada tenía ningún medio de vida aparte de la propia actividad delictiva, a excepción de uno de los miembros del grupo que realizaba trabajos esporádicos.

El 11 de agosto, la policía activó la operación para desarticular la red e hizo cuatro entradas y registros, una en un bar y las otras en tres domicilios, de Barcelona y Martorelles. En los registros los agentes localizaron cuatro chalecos reflectantes policiales, munición de arma de calibre 9mm, una defensa eléctrica y una luz prioritaria. Además, se decomisaron 80 gramos de marihuana, medio kilo de hachís, 648 de cocaína, dos kilos de sustancia de corte, 35.360 euros en metálico y varios terminales móviles.

Los detenidos tienen entre los 31 y los 46 años, y son tres hombres de nacionalidad española y un chileno y dos mujeres de nacionalidad rumana, con domicilio en Barcelona y Martorelles. Están acusados de un delito contra la salud pública y por pertenencia a grupo criminal.

Todos los detenidos están en la prisión después de declarar en los juzgados.

Droga por encargo y a domicilio

Los compradores iban al bar cuando querían comprar la droga, pero la encargaban antes por teléfono. El intercambio se hacía dentro del local. En algunos casos, una de las detenidas llevaba a domicilio la droga a clientes que no se podían desplazar hasta el bar.