La jueza de Vilanova i la Geltrú que investiga el caso del policía que encontraron carbonizado en el pantano de Foix ha decidido enviar a la prisión, mientras no se haga el juicio, la pareja de la víctima y su amante, como principales acusados del asesinato. La orden de prisión es comunicada y sin fianza por un delito de homicidio o asesinato que se concretará al medida que avance la investigación.

Los detenidos tendrán que ingresar en prisiones diferentes y lo harán, además, en módulos especiales porque los dos son policías, por orden de la jueza.

Rosa Peral ha estado declarando durante dos horas y media a los juzgados de Vilanova y ha respondido todas las partes. Ha negado todo los hechos, toda su presunta vinculación con el asesinato que se le atribuye. Antes del interrogatorio, la jueza ha ordenado a los psicólogos forenses que le hicieran los análisis psicológicos.

Su abogada, Georgina Benaiges, ha explicado, en la salida de los juzgados que los Mossos detuvieron a Rosa Peral cuando esta fue a ampliar la primera declaración que hizo a la policía. Los Mossos ya no la dejaron marcharse de comisaría.

Alberto López ha declarado durante una hora y cuarto. También ha respondido a todas las partes. La jueza no ha creído necesario hacer las pruebas psicológicas al acusado.

Antes de que declararan los detenidos, la jueza ha citado a una testigo relacionada con el caso.

Los dos acusados han estado durante todo el día en los juzgados de Vilanova. Han llegado a primera hora de la mañana, pero no han empezado a declarar hasta pasadas las tres de la tarde porque la jueza ha pedido varias diligencias previas a los interrogatorios.

Hasta poco antes de las 23 horas, la jueza no ya dictado la orden de prisión.

La investigación busca aclarar el modus operandi del asesinato y si el policía estaba vivo o muerto cuando lo cerraron dentro del maletero y le prendieron fuego. La manera de escenificar el asesinato, además, reproduce las venganzas a policías que utiliza la mafia. Tampoco está claro el móvil del crimen.

La hipótesis principal

Una de las principales hipótesis que estudian a los investigadores es que el crimen se produjo cuando la víctima descubrió que su pareja, de 33 años y con quien residía en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) desde el pasado verano, había reanudado a escondidas una relación sentimental con Alberto, con quien había sido unida en el pasado.

Los investigadores sospechan que el agente muerto, después de descubrir que su pareja le engañaba con Alberto, los amenazó con revelar información relevante sobre un proceso en que los dos arrestados habían sido investigados en 2014, en una causa ya archivada, después de la muerte de un "mantero "que se precipitó por un acantilado al huir de un dispositivo de la Urbana en Montjuïc.

En aquel proceso, la investigación judicial se acabó archivando al determinar a los Mossos D'Esquadra que el vendedor ambulante se cayó accidentalmente, sin que interviniera a ningún agente de la Urbana.

Antes de caer, el "mantero" había agredido con un arma blanca a Rosa, a quien hirió con un corte de poca consideración en una pierna.

Los dos urbanos que estuvieron más cerca del mantero, de origen pakistaní, antes de que cayera por el terraplén eran Rosa y Alberto.

Quiénes son los acusados

Rosa Peral, una agente de la Guardia Urbana de Barcelona, hacía meses que vivía con la víctima, Pere. Había tenido otras relaciones con agentes del cuerpo, entre ellos, el subinspector del caso de pornovenganza que derramó fotografías sexuales de ella, y con Alberto López, su amante y expareja, con quien parece que había vuelto. Antes había sido casada con un mosso d'esquadra de quien se divorció y tiene dos hijas. La semana pasada tenía que asistir como parte demandante al juicio por el caso de pornovenganza pero dos días antes de la detención se suspendió la vista.

De hecho, el juicio ya estuvo a punto de celebrarse el pasado 28 de abril en el juzgado de lo penal número 17 de Barcelona, donde Rosa acudió acompañada por Pedro, cuando nada hacía presagiar el truculento desenlace, si bien la vista se pospuso porque el fiscal rebajó suya petición inicial para el subinspector de tres a dos años de prisión.

Alberto López había sido par de Rosa Peral pero la relación se habría reanudado hace un tiempo, aunque ella vivía con la víctima. El amante había pedido ingresar en la unidad de la UPAS de los antidisturbios de la Guardia Urbana, pero no lo admitieron. De complexión fuerte, últimamente también lucía una cresta que escondía bajo la gorra de agente cuando patrullaba. Después del asesinato se afeitó todo. Su foto boxeando corre estos días por varios chats entre policías. Días antes de que lo detuvieran se rio del crimen con un amigo durante una cena.

El detenido fue condenado en el 2013 por un juzgado de Barcelona a una multa de 300 euros y a una indemnización de 600 euros por una falta de lesiones por agredir a otro mantero, de origen senegalés, en un dispositivo de la Urbana contra la venta ambulante, según las fuentes.