Isidre Fitó es un EPAF del parque de bomberos de Granollers, es decir, forma parte de los Equipos de Prevención Activa Forestal. Desde 1997 abre paso a los bomberos para que puedan pasar las mangueras por en medio del bosque. Trabaja con la motosierra y las hachas y tala árboles que dificultan el acceso o los que ya están ardiendo para evitar que el fuego se extienda.

"Nos dedicamos a hacer tareas de prevención en invierno, de limpieza de bosques, y en verano, cuando hay un fuego, vamos con la motosierra abriendo paso para las líneas de agua", explica nada más después de volver de la primera línea de fuego.

Los EPAF trabajan en equipos de 4 personas. "Los dos de delante van con herramientas mecánicas cortando árboles, y los otros dos, los apartan". También siguen el perímetro con herramientas manuales. "Normalmente, para pasar tienes que cortar árboles y a veces muchos árboles que están ardiendo. A veces el fuego ha prendido un árbol y lo tienes que cortar para que no progrese", dice.

Bomberos Bellaterra, Laura Gómez

El bombero invisible

Sempre me ha gustado el trabajo del bosque con motosierra y como siempre me ha gustado, por eso entré". Así de sencillo. Isidre hizo de su afición y vocación su profesión. Participó en varias campañas forestales y, finalmente, en 1997, entró como funcionario.

El suyo es un trabajo invisible. Abren camino a los compañeros, recorren el perímetro, limpian la zona y todo ello junto a las llamas, en zona caliente, zona de peligro. "Si el fuego se da la vuelta, nos vamos hacia la zona quemada", explica, donde el incendio ya no puede quemar nada, zona segura.

"El 1994 es el año que más me marcó"

Los grandes incendios de 1994 se consideran los más graves de la historia de Catalunya. La simultaneidad del fuego y la falta de medios hizo de aquel un verano fatal. Hubo 60 incendios, de los cuales 12 se consideran grandes fuegos. Solo en el Bages y en el Berguedà se quemaron 45.000 hectáreas. "Fue el año que más me marcó", dice.

Isidre participó aquel año en su primera campaña de verano. "Estuvimos en les Planes, en el Montseny, cada día íbamos a un fuego u otro. En Tiana estuvimos por la noche. Estuvimos en varios fuegos porque aquel verano era uno continuo".

De los incendios recientes, recuerda sobre todo el del Empordà del 2012 porque "hacía mucho viento y te sientes impotente porque hasta que no para el viento no puedes apagar el fuego". De Horta tiene el mal recuerdo de la muerte de los cinco bomberos, pero "no fue un incendio muy grande. Soplaba el viento y la temperatura era muy alta".

Bomberos Bellaterra, Laura Gómez

El bosque antes y ahora

Hace 20 años que Isidre trabaja en el bosque con los bomberos, pero antes ya trabajaba en él. Le preguntamos si los bosques han cambiado y frunce el ceño: "De 20 años para acá sí han cambiado pero antes el bosque ya estaba bastante sucio".

Se trabajaba mucho más que ahora, "se cortaban árboles y se sacaban. Ahora, como no se sacan, están en el bosque. Muchos se han secado, muchos han caído, ha habido ventadas, hay nevadas. Van cayendo los árboles y de la mayoría de bosques no se quitan estos árboles. Están en el suelo y cuando vas a un fuego te encuentras árboles podridos, troncos podridos, y eso es lo primero que coge el fuego y lo que más quema, y entonces eso cuesta mucho de apagar. Es cuando tienes que ir con una motosierra, cortar para abrir paso, porque muchas veces va el perímetro por donde está el árbol caído y hay zonas llenas de árboles muertos, y eso ralentiza mucho el trabajo para poder avanzar con la manguera".