El fiscal de París, François Molins, ha dicho hoy que "a priori dos o tres" miembros de la célula que atentó en Barcelona y en Cambrils la semana pasada habían estado en París los días 11 y 12 de agosto, en "un viaje relámpago" el objetivo del cual está todavía se desconoce.

Molins, en conferencia de prensa, ha dicho que las investigaciones intentan esclarecer el por qué de este desplazamiento tan breve con el coche utilizado por los yihadistas de Cambrils; si los terroristas estuvieron en contacto con otras personas y si fueron a la capital francesa a recuperar material o estaban haciendo prospecciones en algún sitio.

"Nadie puede creer que este viaje relámpago se hiciera para comprar una cámara de fotos a la Fnac", ha comentado en alusión a los elementos que se han filtrado sobre el recorrido de los terroristas.

Aunque se ha negado a dar detalles para preservar el trabajo de la Policía y de la Justicia, ha confirmado que habían pasado la noche en un hotel de Malakoff, en el sur de la capital francesa.

Preguntado sobre si uno de los terroristas que fueron a París era Younes Abouyaaqoub, autor del atropello en la Rambla, el fiscal de París ha evitado responder directamente y ha explicado que es la Audiencia Nacional de Madrid la que dirige la investigación y que la justicia francesa tiene costumbre de mantener una cooperación con España "con un estándar de gran calidad".

Tampoco ha querido revelar si había un eje de ramificaciones de la célula entre Bélgica, Francia y España, o si el territorio francés pudo haber servido de retaguardia: "es demasiado pronto", ha aclarado.

La Fiscalía de París, competente para todos los asuntos de terrorismo en Francia, abrió el viernes pasado un procedimiento por tentativa de asesinatos con fines terroristas dado que entre los heridos de Barcelona hubo casi una treintena de franceses.

El Ministerio Público francés ha solicitado en la Audiencia Nacional de España una serie de actos judiciales sobre estas víctimas francesas.

Molins ha puesto énfasis en que los atentados de la semana pasada en Barcelona y Cambrils evidencian "la dimensión europea e incluso mundial del terrorismo yihadista", así como la necesidad de cooperación.