El Tribunal Supremo ha condenado a dos agentes de la Guardia Civil que entraron bebidos y a altas horas de la madrugada en un prostíbulo de Pontevedra, en Galicia, exigiendo sexo gratis.

Una conducta que el Tribunal ha considerado "contraria a la que debe tener una persona que trabaja en el servicio púbico" y que ha sancionado con siete y seis meses de suspensión.

Los hechos se remontan a septiembre del 2011 cuando los agentes, que no estaban de servicio, decidieron visitar una casa de citas de la zona. En aquel momento, los agentes exigieron que se los invitara a "un polvo con una de las chicas" y cuando se negaron, los agentes empezaron a amenazarlas, momento que las chicas aprovecharon para huir.

El Supremo ha recordado que este episodio provocó "que la imagen de la Guardia Civil quedara resentida por la trascendencia de los hechos" y defiende totalmente la duración de las suspensiones.