La Fiscalía de la Audiencia Nacional había pedido prisión incondicional para el major de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero. Y la jueza no lo ha aceptado.

Eso, sí. Trapero tendrá que presentarse cada 15 días en los juzgados, no puede salir del país y tiene que entregar el pasaporte. Además tiene que fijar un teléfono y una persona de contacto que reciba sus notificaciones. Si vulnera cualquiera de estas medidas, entonces sí, irá a la prisión provisional.

La Fiscalía ha pedido la prisión sin fianza alegando la gravedad de los hechos, el delito de sedición, su posición como jefe de los Mossos y la reiteración delictiva. El ministerio público argumenta para pedir la prisión que no se hicieron "los cordones necesarios para formar un pasillo a través del cual poder hacer llegar los detenidos al edificio de la sede de Economia, no haber tomado medidas a primera hora de la mañana para evitar que la concentración evolucionara, rescatar los efectos que se encontraban dentro de los vehículos oficiales de la Guardia Civil y asegurar adecuadamente la salida de la comisión judicial y efectivos de la Guardia Civil".

Lo que no ha hecho la Fiscalía, y que se esperaba después de presentar el nuevo informe de la Guardia Civil hace 10 días, era ampliar el delito de sedición a los hechos del 1 de octubre. Por lo tanto, la denuncia queda concretada en los hechos del 20 y 21 de septiembre.

Pero la jueza cree que "la actuación de Trapero en los hechos de los días 20 y 21 de septiembre no aparece todavía suficientemente perfilada hasta el punto de poder vincularlo en este momento a hechos tan graves como los que estos días sucedieron". Además, la jueza no estima los hechos del 1 de octubre, como sí que pretendía la Fiscalía.

La magistrada Carmen Lamela sí que admite en su auto algunos "elementos" y cita los argumentos que ha denunciado la Fiscalía pero que quedan debilitados con la declaración de los testigos de hoy.

Los dos agentes de la Guardia Civil y la secretaria judicial han coincidido con el relato de Trapero en algunos puntos confirmando que se abrieron pasillos pero que finalmente no se utilizaron. Los testigos han corroborado que a las 11 de la mañana "era ya imposible desalojar debido al número de personas que se habían congregado" y que ya a las "9.30 horas había mucha gente y no podían moverse ni dos metros".

Trapero ha acudido este lunes por la mañana a la Audiencia, donde ha declarado durante casi dos horas por la causa de sedición que la Fiscalía presentó el 22 de septiembre, dos días después de las movilizaciones por las detenciones de los 14 altos cargos del Govern que estaban organizando el referéndum.

Hace 10 días, en la primera declaración, el major ya no convenció a la Fiscalía. Josep Lluís Trapero respondió a todas las partes y explicó su versión de los hechos. Pero en aquel momento el ministerio público ya dejó notar que no había convencido la acusación y que había hecho "manifestaciones exculpatorias no convincentes".