Confesaba este martes un miembro del Gobierno que en Moncloa se esperaba la irrupción de la corrupción en el Partido Popular durante el debate de presupuestos generales del Estado. Así ha sido por parte de PSOE, Unidos Podemos y confluencias, como una forma de enturbiar la victoria de Mariano Rajoy a la hora de salvar la votación de las enmiendas, gracias las cesiones hechas en el pacto con el PNV. Pero ninguna acusación ha molestado tanto al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, como la del líder de ERC, Joan Tardà, cuando éste se ha vuelto con una alusión explícita al franquismo para defender el independentismo.

"Los catalanes ya éramos europeístas cuando ustedes llevaban camisa azul y cantaban el Cara al Sol", decía Tardà a Montoro, en medio de gritos de la bancada PP y un toque de atención de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, quien ha pedido "ser respetuosos". "Es que el estercolero está a punto de rebosar", se justificaba el republicano, molesto porque el ministro había afirmado que no habría referéndum, que su discurso estaba "demodé" y que la democracia no era "consultar a la comunidad de vecinos". Eso ha encendido a la bancada de Esquerra, que lo ha recibido como una ofensa al soberanismo. Pero Tardà ha avisado de que pronto la sonrisa le quedaría "congelada" porque, urnas, las habría, ha expuesto.

La cuestión es que ERC ha convertido las reminiscencias al pasado y el entramado presuntamente clientelar del Estado en la piedra de toque para defender su enmienda a la totalidad de los presupuestos. Tardà ha asegurado que en España había una suerte "de oligarquía financiera", que actuaría como "secta contra la competitividad". Hablaba de las empresas constructoras que son adjudicatarias de las grandes infraestructuras, como el AVE, el Rodalies, la banca –cuando ha citado a Rodrigo Rato, expresidente de Bankia–. "Estos presupuestos son los de esta gente, es la radiografía de una gran mentira", ha sentenciado.

A Montoro todo eso le ha dado risa, porque ha llegado a afirmar que a él, el fútbol le gustaba, pero no sabía nada "de un palco", donde se cerraban los negocios –el del Bernabéu-. "No sé a qué viene esta teoría", decía entre carcajadas. Más tarde, el de Hacienda le ha rebatido que el mercado catalán no se estaba desconectando del español, porque el 60% de la producción se vendía en el resto de España. "Entiendo que usted querrá que las empresas importantes también estén en su territorio, y no le puedo desear más que el fracaso de su proyecto", se ha vanagloriado en alusión al Estado propio.

Y en medio de esta tesitura, Tardà ha recuperado el guante de Unidos Podemos y ha celebrado la moción de censura que estos quieren presentar contra Rajoy, como consecuencia del agravamiento de la corrupción en el PP. Pero a Montoro, cualquier alusión al expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, los SMS del ministro Rafael Catalá, o la manera como Interior y la Fiscalía se vieron salpicados con el caso Canal, le han parecido "cuestiones de actualidad", de la actualidad que "le interesaría" a la oposición.

No satisfecha la cámara, la lacra de la corrupción ha planeado por el hemiciclo hasta en varias ocasiones. Primero, cuando el portavoz del PSOE, Antonio Hernando, ha elevado el tono y ha afirmado que la "responsabilidad" de que hablaba Montoro, su partido la ejerció con la abstención. Ahora bien, se ha cuidado de dar alas al exsecretario general, Pedro Sánchez –en medio de las primarias–, y ha dicho al jienense que puestos a hablar de ser "responsable", ver a un presidente –Rajoy– desfilando para declarar como testigo en el marco de la trama Gürtel, sí podía minar la "confianza" de los mercados. Segundo, el tema ha vuelto cuando Joan Mena, de En Comú Podem, ha asegurado que el PP era el partido "más corrupto de la Unión Europea".

Los únicos que se han quedado con las ganas de decir la suya son los del PDeCAT, que como están en el Grupo Mixto, lo tendrán que hacer este jueves. Eso sí, algún diputado demócrata no se ha privado de lamentar que el PNV "haya hecho de PNV" y que Ciudadanos se haya tragado "el sapo" de la cuota vasca. "Plurinacionalidad a golpe de talonario", había dicho Mena en el hemiciclo. "A estos sólo les importa el dinero", se lamentaba sobre los nacionalistas vascos uno del PDeCAT que, sin embargo, le ha dado un golpecito en la espalda a Tardà para felicitarlo por la frase sobre el Cara al Sol.