Sindicatos de los Mossos d'Esquadra han pedido este lunes que la policía catalana no sea utilizada como una "herramienta política". Este es el principal reclamo que trasladan al futuro nuevo director general de la Policía, Pere Soler, en sustitución de Albert Batlle, que este lunes ha presentado la dimisión al recién nombrado conseller de Interior, Joaquim Forn.

El sindicato FEPOL insta a Soler, que será nombrado director general de la Policía este martes, a velar para que no "se instrumentalice políticamente el cuerpo" y a ser "consciente de que la Policía es de todos los catalanes, de todos". El SME coincide en esta demanda, así como el USPAC, que espera que los Mossos no sean utilizados como una "herramienta política". En cambio, los sindicatos discrepan a la hora de hacer balance de la gestión de Batlle.

Una de las cuestiones más delicadas que Pere Soler se encuentra sobre la mesa de la dirección general de la Policía es el papel que tendrán que asumir los Mossos en el referéndum previsto para el 1 de octubre. Ante de este escenario, el portavoz de la Federación de Profesionales de la Seguridad Pública (FEPOL), Valentí Anadón, se ha mostrado "preocupado" de que se quiera "traspasar a los Mossos responsabilidades que no son nuestras", si bien también confía en la "actuación profesional del cuerpo, al margen de quien haya como responsable político". Por eso pide a Soler que los Mossos no sean "instrumentalizados".

El portavoz del Sindicato de Mossos d'Esquadra (SME), Toni Castejón, señala que después del cese de Jané y de la dimisión de Batlle en sólo tres días, podría haber "cierta sensación de inestabilidad", si bien se ha mostrado "tranquilo" porque el cuerpo policial va más alla de los políticos, que "van y vienen". En este sentido, confía en la figura del mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, para comandar la estructura policial.

Sobre esta cuestión del 1-O, el portavoz de la Unión Sindical de la Policía Autonómica de Catalunya (USPAC), Josep Miquel Milagros, adelanta que pedirán por carta al nuevo conseller de Interior que explicite a los Mossos por escrito y de forma oficial el papel que tendrán que tener en el referéndum "más allá de las declaraciones a los medios de comunicación", con referencia a la intervención justo después de recibir la cartera de Interior. Forn destacó el viernes pasado que los Mossos garantizarían que el 1-O se celebre con "normalidad" y "tranquilidad" y que la gente pueda ir a votar con "seguridad".

Sobre el papel de los Mossos en un eventual referéndum, Batlle había señalado en los últimos meses que cumplirían con la legalidad vigente.

USPAC también pedirá al nuevo director de la Policía que no cometa "los mismos errores" que su predecesor con respecto al trato con los sindicatos y espera que las relaciones laborales se recuperen después de haberse enrarecido en los últimos meses, según este sindicato.

El balance de los tres años de Batlle como director general de la Policía es muy diverso según el sindicato. FEPOL lo califica de "correcto" y "positivo", mientras que el SME reconoce que, si bien mantuvieron el "diálogo" y que cuando lo buscaron lo "encontraron", no pudieron avanzar mucho" en algunas peticiones. También destaca que ha sido un director de fuertes convicciones.

En cambio, el portavoz del sindicato USPAC recuerda que había pedido la dimisión de Batlle en varias ocasiones desde que un conductor que intentaba huir atropelló a un mosso y fue puesto en libertad unas horas después el diciembre pasado. Este sindicato califica de "nefasta" la gestión de Batlle como director general y asegura que no atendió ninguna de las peticiones que le dirigieron. También lamenta que no se sintieron apoyados, como cuando un mantero murió en Salou en agosto del 2015 en una operación policial o durante los disturbios por el Banc Expropiat, y critica la "persecución" de algunos portavoces sindicales.

Batlle ha presentado la dimisión a Forn tres días después de que Jordi Jané fuera cesado en el cargo de conseller de Interior. El president de la Generalitat aseguró el viernes que se trataba de un "paso al lado" que Jané decidía hacer junto con la consellera de la Presidència y portavoz del Govern hasta este viernes, Neus Munté, y la titular de Ensenyament, Meritxell Ruiz.

Soler fue director general de Serveis Penitenciaris del 2013 al 2016, con Germà Gordó como conseller de Justícia, y concejal por CiU en el Ayuntamiento de Terrassa. Precisamente Batlle había sido secretario de Serveis Penitenciaris, Rehabilitació i Justícia Juvenil entre finales del 2003 y principios del 2011, durante los dos gobiernos del tripartito.