El alcalde Àngel Ros ha visto este lunes cómo la Guardia Civil ha hecho efectivo, después de diez horas de mucha tensión, el traslado de las obras de arte del monasterio de Sijena depositadas en el Museo de Lleida a la villa aragonesa. La aplicación de las medidas del 155, o más bien lo que se podría llamar el "155 cultural", ha empezado a devorar a sus propios valedores, entre los cuales el PSC, el partido que preside Ros.

Es cierto, como ha señalado el candidato socialista a la presidència de la Generalitat, Miquel Iceta, que el caso Sijena no estaba incluído en ninguno de los decretos de intervención de la autonomía catalana amparados en el artículo 155 de la Constitución aprobados por el gobierno Rajoy con el apoyo de los socialistas y Ciudadanos. Pero el pleito continuaría abierto y el traslado no se habría producido sin la intervención directa del "ministro-conseller" de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, que el 18 de noviembre ordenó a la conselleria intervenida en aplicación del 155 que no recurriera la sentencia del juzgado de primera instancia número 1 oscense que ordenaba entregar los bienes. El ahora exiliado en Bruselas Lluís Puig, y su antecesor en la conselleria de Cultura, Santi Vila, hicieron lo contrario.

Uso "indebido" del 155

De hecho, ha sido el mismo Ros a quien primero ha puesto de manifiesto que el 155 ha sido la tempestad perfecta para hacer efectivo el vaciado del museo leridano. "Me arrepiento que se esté utilizando indebidamente el 155", ha afirmado el titular de la Paeria en declaraciones a Catalunya Ràdio, en abierta contradicción con Iceta. El 155 "no está pensado para entrar en pleitos entre administraciones", ha constatado.

Ros ha sido el primer dirigente socialista a pagar de manera directa la factura incómoda del 155. Era consciente de que sucedería, y, por eso, hacía muchos días que expresaba su deseo de que el 155 no se usara con el arte de Sijena. El asunto le ha reventado en plena campaña electoral de las elecciones del 21 de diciembre -convocadas por Rajoy en aplicación del 155- y 48 horas después de la visita electoral que realizó a Lleida el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Ros ha recibido un fuerte abucheo a las puertas del museo, donde la mañana de este lunes se han producido incidentes entre los Mossos desplegados en torno al edificio y los manifestantes contrarios a la maniobra del Gobierno español, mientras los efectivos de la Guardia Civil preparaban el viaje de los famosos sarcófagos y otras piezas de arte sacro medieval a Aragón.

Acuerdo con Cs en la Paeria

La polémica por Sijena, que ha centrado este lunes la campaña electoral del 21-D, complica todavía más a Ros un mandato que inició con una minoría exigua -sólo lo invistieron los 8 concejales del PSC- que lo llevó a pactar con Ciutadans. Una alianza considerada antinatura -Ros era el referente del sector más catalanista del PSC-, que puso punto y final al uso "preferente" del catalán en la Paeria y en el marco de la cual estalló la polémica por la retirada de las placas franquistas.

El apoyo del PSOE a la aplicación del 155 fue espinoso para los socialistas catalanes. Hasta el último minuto intentó Iceta que el presidente Carles Puigdemont retrocediera con la votación de la República y convocara elecciones, para, teóricamente, parar la amenaza del 155. Todavía al día siguiente, y aunque Puigdemont no rectificó, José Montilla, expresidente de la Generalitat y senador, abandonó su escaño en la Cámara Baja española para evitar votar la aplicación del 155.