Ocho meses después de su dimisión como líder del PSOE el 1 de octubre de 2016, el nuevo secretario general socialista, Pedro Sánchez, ha vuelto a la sala Ramón Rubial de la sede del partido en Ferraz para prometer un "cambio de rumbo" en España. Sonriente, esta vez se ha rodeado de más de 300 simpatizantes y afiliados que cantaban "Pedro, Pedro ...", disipando el recuerdo de aquel comité federal –en esa misma sala– cuando el enfrentamiento con la facción de críticos liderada por la presidenta andaluza, Susana Díaz, le derrotó y forzó su salida para que Mariano Rajoy pudiera gobernar.

"Haré lo imposible por cambiar el rumbo del país, para acabar con la corrupción, la precariedad y los recortes del Partido Popular. Hoy no acaba nada, hoy comienza todo", dijo Sánchez, rodeado de sus fieles como el valenciano José Luis Ábalos, o las diputadas Adriana Lastra y Zaida Cantera. Las palabras llegan después de que el madrileño no descartara hace unos días de liderar una moción de censura contra Rajoy, o bien llegar a la Moncloa a través de unos comicios. Lo que de momento sí se descarta es que Sánchez secunde la moción de Podemos para el candidato Pablo Iglesias.

La cuestión es que el "nuevo PSOE", como él lo llama, sale dispuesto a ganar en medio de un clima que casi parecía de elecciones generales. Ahora bien, con su techo más bajo en democracia (85 diputados), el grito de guerra se ha dirigido a los votantes que se sienten "progresistas", aunque no votaron a socialista. "Aquí está el PSOE y la izquierda y les serviremos los próximos años", ha afirmado. Este se diferenciaría del de la formación morada, según el ya líder, porque será "la oposición útil" en el Congreso –en una alusión velada a las iniciativas de los podemitas, como el Tramabús.

Eso sí, con una victoria del 50% no han faltado las alusiones a la reconstrucción de un partido que ha vagado sin rumbo ni líder durante más de ocho meses. "Unidad" ha sido la palabra más repetida, después de hacer un agradecimientos a sus dos rivales, Susana Díaz y Patxi López –a pesar de algunos abucheos–. Sin embargo, Sánchez ha insistindo en que lo que más podría temer Rajoy en adelante es a un PSOE "fuerte y unido". "Cuando el PSOE gana, gana España", ha sentenciado un político que este domingo ha escrito una particular historia en los anales del socialismo español.